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8.4.07

LA ORDENACIÓN DEL ÁREA CENTRAL DE ASTURIAS

Algunas realidades que los asturianos vivimos cotidianamente no acaban de tener su correlato en la actuación de las administraciones públicas y en el entramado institucional. El ejemplo más patente es el Área Central de Asturias, sobre cuya ordenación urbanística viene hablándose con intensidad a raíz de la propuesta del llamado Plan Territorial Especial Periurbano de Oviedo, Siero y Llanera, planteado recientemente por el Gobierno autonómico.
Miles de asturianos desarrollan su actividad diaria en el Área Central, entendida como una conurbación que, en muchos aspectos, opera en la práctica como una misma realidad funcional. Un trabajador ovetense, por poner un caso, se despierta en el barrio de Pumarín de la capital, se pasa la mitad del día en desempeñando su labor en el polígono industrial de Asipo (Llanera) y unos cuantos sábados, sobre todo cuando viene el buen tiempo, los pasa en cualquiera de las playas de Gijón; su esposa da clases en un instituto de Lugones; su hijo mayor vive en su casa pero trabaja en las instalaciones de Arcelor en Avilés; y su hija pequeña todos los días va y viene hasta el Campus de Mieres, donde estudia su carrera universitaria. Familias como esta son cada vez más comunes en la llamada Ciudad Astur, donde las distancias –de por sí pequeñas- se han estrechado merced a la especialización de territorios, la distribución local de actividades económicas y la mejora de las infraestructuras de transporte, en las que, todo sea dicho, aún hay mucho que mejorar.
Si ante esta constatación las administraciones públicas permaneciesen indiferentes, cometerían un error estratégico imperdonable. Sin embargo, en no pocas ocasiones hemos asistido a debates localistas, recelos aparentemente insuperables y competiciones absurdas entre los 22 municipios que forman el Área Central Asturiana. Resulta además notable la contumaz insistencia de algunos ayuntamientos en duplicar, a escasa distancia, programas locales contradictorios e infraestructuras públicas idénticas, en lugar de sumar esfuerzos en beneficio del conjunto. A todo esto podemos sumar la actitud obstruccionista de algunos regidores –el Alcalde de Oviedo se lleva la palma en esta categoría- que por temor a perder influencia prefieren descalificar de antemano cualquier intento de cooperación institucional antes que remangarse y comprometerse en la tarea. En el municipalismo asturiano, pese a los loables esfuerzos de la Federación Asturiana de Concejos (FACC), no existe aún masa crítica suficiente para que florezca en su esplendor la cultura de la cooperación intermunicipal. A tal carencia se deben habitualmente las justificaciones, ficticias o de ocasión las más de las veces, que se pretenden oponer a proyectos que parten de visiones más amplias y completas del territorio asturiano. En el caso del Área Central, mientras 400.000 ciudadanos se desplazan todos los días por ella, mientras la forma de vida de la sociedad asturiana consolida esta conurbación como una realidad inapelable, las instituciones y administraciones públicas todavía están muy lejos de estar a la altura de las exigencias que este estadio de desarrollo requiere.
Por eso, sin renunciar a las matizaciones que se quieran señalar, cabe dar la bienvenida a la propuesta del Gobierno autonómico para articular el eje territorial Oviedo – Siero – Llanera, ordenando los usos urbanísticos y diseñando redes de transporte público adecuadas para esta zona. Se trata de un importante paso, al que deberán seguir muchos más, para comenzar a dar respuestas desde las administraciones públicas a las necesidades de los ciudadanos del Área Central. Advirtamos, además, de un riesgo evidente: si de una vez por todas las administraciones locales y autonómicas, bajo el liderazgo integrador del Gobierno regional, no son capaces de garantizar los intereses públicos y el desarrollo territorial común del Área Central, la alternativa será permitir que el irrefrenable crecimiento urbanístico de esta zona se realice sin pautas comunes, al albur de decisiones adoptadas con enfoques localistas y en no pocas ocasiones sometidas a influencias privadas, en esta época de privatización encubierta del planeamiento urbano municipal.
Publicado en Fusión Asturias - abril de 2007.