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16.2.08

¡QUÉ PRISAS!


¿No les escama un poco la inauguración, por fases y a trompicones, del complejo inmobiliario de la parcela de Buenavista? Parece como sí quisieran recalcar que el Palacio de Congresos y el edificio en forma de “U” que le acompaña ya están aquí y han venido para quedarse, lo que es una perogrullada de fácil comprobación con sólo acercarse a contemplar su presencia, que acogota más que asombra. Pero alguien no debe estar muy seguro de éllo, como si, a semejanza de una nave alienígena –un aire se da-, de repente fuese a encender motores y levantar el vuelo para incrustarse en otro barrio. O como sí, fruto de un repentino ataque de cordura, los ciudadanos un día fuesen a manifestarse en autobuses a Benia de Onís para pedirle seriamente explicaciones al Alcalde –al de Oviedo, no al de Onís- sobre esta operación de pésimos resultados para el interés público y dudoso resultado estético y funcional.
Pueden estar tranquilos los que han patrocinado y avalado, por acción o por omisión, la operación de Buenavista. El tren ya se acerca a su destino, aunque como Groucho en “Los Hermanos Marx en el Oeste” algunos hayan tenido que pedir a gritos más madera (léase sucesivos cambios en el contrato con el Ayuntamiento) para llegar a la estación. La cuestión es que, en estos últimos compases de las obras, aún están dispuestos a demostrar el asombroso nivel de chapucería e improvisación que ha rodeado este periplo.
Veamos. Primero trasladan a funcionarios de la Administración autonómica, y ahora éstos –y los administrados- ya sufren las consecuencias de un edificio antifuncional donde los haya que llena de claustrofobia a quién sube por sus dos ascensores (en realidad uno, ya que el otro dicen que no funciona); produce vértigo a quién se acerca a la cristalera (¿verdad que uno busca emociones fuertes cuando se acerca a tramitar cualquier papeleo?); terror a quien se imagina qué pasaría si hay que evacuar a cientos de personas en unos minutos por empinadas escaleras; y confusión a quién se pregunta por qué demonios se ha metido el Principado en este fregado comprando estas oficinas. Ahora los funcionarios de la Consejería de Salud y la de Cultura protestan airadamente por su próximo traslado, veremos en qué acaba la revuelta.
En un par de semanas abrirán, con la pintura todavía fresca y las obras a toda prisa, un centro comercial cuyas previsiones sobre logística y accesos deben ser cosa de brujería, porque difícilmente las callejuelas del entorno y las dársenas que hayan podido habilitar (si es que lo han hecho) podrán dar abasto a la que será la tercera gran superficie comercial de Asturias en número de metros cuadrados de exposición y venta al público, tras Parque Principado y Parque Astur (como se ve de fisonomía bien diferente). Tampoco el Ayuntamiento ha estudiado, antes de habilitar el suelo de uso comercial, el impacto que tendrá esta gran superficie en la estructura comercial local; ¿estudios, planificación, análisis?.... cosas de burócratas dicen los defensores de la improvisación. Del tráfico poco hay que decir, ya que a la espera de otros inventos en los accesos, que tardarán un buen tiempo en ser realidad si algún día llegan a serlo, de momento pintarán una rotonda en la confluencia entre las calles Guillermo Estrada y Arturo Álvarez Buylla. Pura genialidad.
Entre tanto siguen las obras del Palacio de Congresos, que no son precisamente sencillas porque lo que nadie niega a Calatrava es que llevar a la práctica sus diseños no es tarea fácil… que se lo digan a los venecianos. La convivencia de todas las actividades que ya se desarrollan con las obras es otro cantar. Aquí vale todo, como tener en marcha oficinas administrativas y un centro comercial con enormes grúas sobre la cabeza. Barra libre una vez más. Y faltan los capítulos finales. En verano abrirá el hotel y en otoño se inaugurará el Palacio de Congresos, según las previsiones. Ahora imagínense: ¿y si el Palacio de Congresos se hubiese hecho en un entorno adecuado, con un concurso en el que concurriese más de una oferta, con un contrato que se hubiese cumplido en sus propios términos iniciales, analizando que los usos compatibles con su actividad realmente tuviesen sentido, y encima garantizando que el interés público no quedase supeditado en cada disyuntiva? Entonces sí que sería la leche –color blanco Calatrava-, además del cacareado “hito de modernidad".

Publicado en Oviedo Diario, 16 de febrero de 2008.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola Gonzalo: Soy Armando Olveira de Montevideo, periodista de profesión, con un libro encima que he titulado Héroes sin bronce, que cuenta historias de asturianos en el Uruguay. Me gusta mucho tu blog porque aborda temas asturianos que me interesan mucho, ya que amo esa patria, en especial el Xixón de mis antepasados. Me gustaría que intercambiemos ideas sobre Asturias, y si le conoces, mándale un fuerte abrazo a mi compatriota, tu colega, el querido Manuel García Rubio. Sabías que nació en Montevideo? Saludos.
Mi blog:
http://armandolveira.blogspot.com/

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