CASAS SIN GENTE, GENTE SIN CASA
¿Cuántas viviendas vacías hay en su portal? Fíjense en los buzones correspondientes al resto de viviendas de su edificio y encontrará muchos de ellos atiborrados de propaganda sin recoger o sin identificación de sus residentes. Este fenómeno se produce especialmente en los edificios construidos en los últimos años, en los que, pese a haberse vendido la totalidad de los pisos, muchos de ellos permanecen sin ser ocupados durante un periodo prolongado.
Seguro que comparte la misma impresión que yo al observar en nuestro entorno viviendas vacías, fervor constructivo por doquier y nuevos barrios puestos en pie en unos años. Podría ser sólo una impresión subjetiva y parcial, pero los datos objetivos son elocuentes. En la actualidad se estima que entre 15.000 y 20.000 viviendas del municipio de Oviedo se encuentran vacías. Las cifras varían sustancialmente dependiendo de la fuente. Si tomamos la referencia más segura, y al mismo tiempo conservadora y un tanto desfasada, correspondiente al Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística de 2001, vemos que en aquel momento de un parque de vivienda que en total sumaba 96.226 viviendas, 13.927 se encontraban vacías (un 13,8%) y 6.147 (6,4%) eran viviendas secundarias de sus propietarios. Hoy día la cifra seguramente es notablemente superior, considerando la vorágine urbanística que vive nuestra ciudad.
Pese a esta situación, se continúa construyendo, reclasificando y urbanizando suelo, ampliando los límites de la ciudad. Además, previamente a la última modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), según los datos de la Dirección General del Catastro correspondientes a 2004, del total del suelo con la clasificación de urbano o urbanizable, el 33,6% no había sido desarrollado o edificado, sumando un total de 5.115.392 m2. Es decir, las previsiones de urbanización y edificación del anterior PGOU no habían sido agotadas en su totalidad, ni mucho menos. Sin embargo, el Equipo de Gobierno del PP apostó por clasificar como urbanizables nuevos suelos en entornos de vocación marcadamente rural, como la zona oeste del municipio o La Manjoya. Como en otros casos, los edificios se construirán y los servicios públicos básicos llegarán una década después.
Nunca hubo tanto suelo urbanizable o urbano en nuestro municipio; nunca el parque de vivienda fue tan amplio; nunca hubo tantas viviendas vacías. Y al mismo tiempo, las opciones de acceder a una vivienda nunca fueron tan limitadas para los ovetenses, en particular para la población joven. Se estima que un joven ovetense que quiera emanciparse debería pagar de media 10 veces su salario íntegro anual para adquirir una vivienda, cuyo precio se ha incrementado en la última década 8 veces más que los salarios. El resultado ya lo sabemos: el endeudamiento de las familias es mayor que nunca, y los jóvenes no se emancipan en nuestra ciudad hasta pasados los 30 años, por término medio. El acceso a la vivienda se ha convertido en una fuente de feroces desigualdades, y las dificultades para la emancipación juvenil están ocasionando una quiebra generacional.
Mientas tanto, la actuación de Gabino de Lorenzo sigue alentando las causas de este problema. Con su política urbanística el Ayuntamiento favorece la retención especulativa y la acumulación de la propiedad inmobiliaria en pocas manos, en detrimento de la mayoría de los ciudadanos. Al mismo tiempo, se intensifica un incipiente desequilibrio social, estratificando y distribuyendo el emplazamiento de la población en función de rentas, edades e incluso procedencia nacional, considerando las dificultades del colectivo inmigrante en el acceso a la vivienda. Las grietas que la desigualdad genera en los cimientos de la cohesión social comienzan a ensancharse, y la política del Ayuntamiento de Oviedo contribuye a este inquietante proceso.
Seguro que comparte la misma impresión que yo al observar en nuestro entorno viviendas vacías, fervor constructivo por doquier y nuevos barrios puestos en pie en unos años. Podría ser sólo una impresión subjetiva y parcial, pero los datos objetivos son elocuentes. En la actualidad se estima que entre 15.000 y 20.000 viviendas del municipio de Oviedo se encuentran vacías. Las cifras varían sustancialmente dependiendo de la fuente. Si tomamos la referencia más segura, y al mismo tiempo conservadora y un tanto desfasada, correspondiente al Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística de 2001, vemos que en aquel momento de un parque de vivienda que en total sumaba 96.226 viviendas, 13.927 se encontraban vacías (un 13,8%) y 6.147 (6,4%) eran viviendas secundarias de sus propietarios. Hoy día la cifra seguramente es notablemente superior, considerando la vorágine urbanística que vive nuestra ciudad.
Pese a esta situación, se continúa construyendo, reclasificando y urbanizando suelo, ampliando los límites de la ciudad. Además, previamente a la última modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), según los datos de la Dirección General del Catastro correspondientes a 2004, del total del suelo con la clasificación de urbano o urbanizable, el 33,6% no había sido desarrollado o edificado, sumando un total de 5.115.392 m2. Es decir, las previsiones de urbanización y edificación del anterior PGOU no habían sido agotadas en su totalidad, ni mucho menos. Sin embargo, el Equipo de Gobierno del PP apostó por clasificar como urbanizables nuevos suelos en entornos de vocación marcadamente rural, como la zona oeste del municipio o La Manjoya. Como en otros casos, los edificios se construirán y los servicios públicos básicos llegarán una década después.
Nunca hubo tanto suelo urbanizable o urbano en nuestro municipio; nunca el parque de vivienda fue tan amplio; nunca hubo tantas viviendas vacías. Y al mismo tiempo, las opciones de acceder a una vivienda nunca fueron tan limitadas para los ovetenses, en particular para la población joven. Se estima que un joven ovetense que quiera emanciparse debería pagar de media 10 veces su salario íntegro anual para adquirir una vivienda, cuyo precio se ha incrementado en la última década 8 veces más que los salarios. El resultado ya lo sabemos: el endeudamiento de las familias es mayor que nunca, y los jóvenes no se emancipan en nuestra ciudad hasta pasados los 30 años, por término medio. El acceso a la vivienda se ha convertido en una fuente de feroces desigualdades, y las dificultades para la emancipación juvenil están ocasionando una quiebra generacional.
Mientas tanto, la actuación de Gabino de Lorenzo sigue alentando las causas de este problema. Con su política urbanística el Ayuntamiento favorece la retención especulativa y la acumulación de la propiedad inmobiliaria en pocas manos, en detrimento de la mayoría de los ciudadanos. Al mismo tiempo, se intensifica un incipiente desequilibrio social, estratificando y distribuyendo el emplazamiento de la población en función de rentas, edades e incluso procedencia nacional, considerando las dificultades del colectivo inmigrante en el acceso a la vivienda. Las grietas que la desigualdad genera en los cimientos de la cohesión social comienzan a ensancharse, y la política del Ayuntamiento de Oviedo contribuye a este inquietante proceso.
Publicado en Oviedo Diario, 3 de marzo de 2007.
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