LA SIESTA ECONÓMICA
Hace unos meses el desempleo en el municipio de Oviedo superó por primera vez las 11.000 personas, batiendo un triste récord que en los últimos a?os inquieta cada vez más a los ovetenses. El 60% de estas personas son mujeres. Del total de parados, el 50% tienen menos de 35 a?os. Entre los 18 y 26 a?os, más de un 25% de los ovetenses que quieren trabajar no encuentran ocupación.
Hasta hace unos a?os, si bien el problema del desempleo era una preocupación fundamental en Oviedo, principalmente para la población juvenil, la sensación que se tenía en la ciudad era de cierta confortabilidad en comparación con el entorno asturiano, mucho más castigado. Durante los a?os 80 y 90, la crisis múltiple y simultánea del tejido productivo asturiano, con la reconversión siderúrgica, minera, naval, del sector primario, etc., golpeó con fuerza a la inmensa mayoría de municipios asturianos, mientras en Oviedo se notó con mucha menos virulencia. La ventaja de la capital, como ciudad administrativa, universitaria y de servicios, evitó que se padeciesen con tanta gravedad las tensiones y esfuerzos de la profunda y en ocasiones dolorosa transformación vivida por la economía asturiana.
Hoy el panorama es bien distinto en Asturias. El vuelco de nuestra realidad económica es evidente y los deberes se han hecho en buena medida, deparando un tejido productivo conectado con las corrientes de la globalización, aunque nuestro dinamismo todavía no sea aún el propio de otras comunidades. En este marco, los ayuntamientos asturianos han contribuido decididamente a aliviar los estragos de la reconversión y a impulsar este cambio. Durante a?os, los municipios más afectados por este proceso (Avilés, Gijón o las comarcas mineras) han priorizado en su agenda política la creación de empleo, el apoyo al desarrollo local, la apuesta por la promoción económica, la formación y empleabilidad de los jóvenes, etc. Otras zonas del área central de Asturias, principalmente el eje Siero – Llanera, han demostrado un dinamismo económico notable. El resultado es que, hoy por hoy, la mayoría de municipios del llamado “ocho asturiano”, están capacitados para atraer inversiones y las políticas que desarrollan sus ayuntamientos alientan este proceso de recuperación y despegue. Para ello, estos ayuntamientos, estirando al máximo su ámbito competencial, han edificado una verdadera política económica que no sólo se refleja en la promoción turística, sino que abarca también el desarrollo industrial, la política de empleo, el fomento de la cultura emprendedora, el desarrollo de la sociedad de la información, la apuesta por los servicios avanzados, etc. La siembra comienza a dar sus frutos, como se puede comprobar con algunos ejemplos: la empresa informática Capgemini se instala en Langreo; la Ciudad Tecnológica Valnalón es ya una realidad ejemplar; San Martín del Rey Aurelio acogerá un importantísimo centro de software del Corte Inglés; Sinterstahl o Thyssen apuestan por la comarca de Mieres; la comarca de Avilés acoge multinacionales de primer orden; y parques científico-tecnológicos como los de Gijón o Llanera son el mascarón de proa de un esperanzador futuro económico, sin olvidar la multitud de nuevos proyectos económicos de menor entidad –pero esenciales para nuestro desarrollo- que tienen en estas zonas de Asturias una magnífica bienvenida y un decidido apoyo institucional y municipal.
Mientras el resto de ayuntamientos priorizaban esta materia, ?qué ha el Ayuntamiento de Oviedo? Se ha conformado con su otrora plácida ventaja, en lo que a su tejido económico se refiere. Nuestro Ayuntamiento vive de espaldas a las necesidades de empresas y emprendedores. Somos el único municipio de cierta entidad que en Asturias no muestra interés en asesorar, apoyar, financiar o alentar a quien está dispuesto a poner en marcha su proyecto empresarial. Tampoco tenemos política propia e identificable de empleo. No existe una estrategia de captación de inversiones empresariales. No se valora la posibilidad de establecer un diálogo social estable con sindicatos y patronal para estudiar medidas de promoción económica. Se castiga a sectores estratégicos como el comercio de proximidad. Y, sobre todo, el Ayuntamiento vive de espaldas a la Universidad, a pesar de ser esta el principal activo y atractivo que tiene la ciudad para potenciar su desarrollo económico. Únicamente el buen resultado del sector turístico y hostelero permite maquillar este preocupante dibujo general.
El resultado de todo este proceso es el expresado al inicio de este artículo. Y quienes padecen este problema son principalmente los jóvenes ovetenses. Si en algo sigue durmiendo una profunda siesta la heroica ciudad es, sobre todo, en su desarrollo económico y empresarial.
Hasta hace unos a?os, si bien el problema del desempleo era una preocupación fundamental en Oviedo, principalmente para la población juvenil, la sensación que se tenía en la ciudad era de cierta confortabilidad en comparación con el entorno asturiano, mucho más castigado. Durante los a?os 80 y 90, la crisis múltiple y simultánea del tejido productivo asturiano, con la reconversión siderúrgica, minera, naval, del sector primario, etc., golpeó con fuerza a la inmensa mayoría de municipios asturianos, mientras en Oviedo se notó con mucha menos virulencia. La ventaja de la capital, como ciudad administrativa, universitaria y de servicios, evitó que se padeciesen con tanta gravedad las tensiones y esfuerzos de la profunda y en ocasiones dolorosa transformación vivida por la economía asturiana.
Hoy el panorama es bien distinto en Asturias. El vuelco de nuestra realidad económica es evidente y los deberes se han hecho en buena medida, deparando un tejido productivo conectado con las corrientes de la globalización, aunque nuestro dinamismo todavía no sea aún el propio de otras comunidades. En este marco, los ayuntamientos asturianos han contribuido decididamente a aliviar los estragos de la reconversión y a impulsar este cambio. Durante a?os, los municipios más afectados por este proceso (Avilés, Gijón o las comarcas mineras) han priorizado en su agenda política la creación de empleo, el apoyo al desarrollo local, la apuesta por la promoción económica, la formación y empleabilidad de los jóvenes, etc. Otras zonas del área central de Asturias, principalmente el eje Siero – Llanera, han demostrado un dinamismo económico notable. El resultado es que, hoy por hoy, la mayoría de municipios del llamado “ocho asturiano”, están capacitados para atraer inversiones y las políticas que desarrollan sus ayuntamientos alientan este proceso de recuperación y despegue. Para ello, estos ayuntamientos, estirando al máximo su ámbito competencial, han edificado una verdadera política económica que no sólo se refleja en la promoción turística, sino que abarca también el desarrollo industrial, la política de empleo, el fomento de la cultura emprendedora, el desarrollo de la sociedad de la información, la apuesta por los servicios avanzados, etc. La siembra comienza a dar sus frutos, como se puede comprobar con algunos ejemplos: la empresa informática Capgemini se instala en Langreo; la Ciudad Tecnológica Valnalón es ya una realidad ejemplar; San Martín del Rey Aurelio acogerá un importantísimo centro de software del Corte Inglés; Sinterstahl o Thyssen apuestan por la comarca de Mieres; la comarca de Avilés acoge multinacionales de primer orden; y parques científico-tecnológicos como los de Gijón o Llanera son el mascarón de proa de un esperanzador futuro económico, sin olvidar la multitud de nuevos proyectos económicos de menor entidad –pero esenciales para nuestro desarrollo- que tienen en estas zonas de Asturias una magnífica bienvenida y un decidido apoyo institucional y municipal.
Mientras el resto de ayuntamientos priorizaban esta materia, ?qué ha el Ayuntamiento de Oviedo? Se ha conformado con su otrora plácida ventaja, en lo que a su tejido económico se refiere. Nuestro Ayuntamiento vive de espaldas a las necesidades de empresas y emprendedores. Somos el único municipio de cierta entidad que en Asturias no muestra interés en asesorar, apoyar, financiar o alentar a quien está dispuesto a poner en marcha su proyecto empresarial. Tampoco tenemos política propia e identificable de empleo. No existe una estrategia de captación de inversiones empresariales. No se valora la posibilidad de establecer un diálogo social estable con sindicatos y patronal para estudiar medidas de promoción económica. Se castiga a sectores estratégicos como el comercio de proximidad. Y, sobre todo, el Ayuntamiento vive de espaldas a la Universidad, a pesar de ser esta el principal activo y atractivo que tiene la ciudad para potenciar su desarrollo económico. Únicamente el buen resultado del sector turístico y hostelero permite maquillar este preocupante dibujo general.
El resultado de todo este proceso es el expresado al inicio de este artículo. Y quienes padecen este problema son principalmente los jóvenes ovetenses. Si en algo sigue durmiendo una profunda siesta la heroica ciudad es, sobre todo, en su desarrollo económico y empresarial.
Publicado en Oviedo Diario el 3 de junio de 2006.
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