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15.4.06

LEY DEL BOTELLÓN Y OCIO ALTERNATIVO

El ocio juvenil está de moda y es asunto público, o eso parece. En las últimas semanas hemos podido comprobar a través de los medios de comunicación como se suscitaba un intenso debate sobre las pautas de ocio de la población juvenil, y los riesgos derivados del consumo abusivo de alcohol y otras drogas durante ese tiempo de ocio. Evidentemente, no es la primera vez que este tema genera polémica pública, pero sí es la primera vez que se anuncian medidas que pretenden ser contundentes para atajar lo que se está considerando un problema de salud y orden público.
Pero seamos sensatos. Es cierto que entre la población juvenil, particularmente ente los adolescentes, se está produciendo un aumento inquietante del consumo abusivo de alcohol y sustancias psicoactivas. Pero de ahí no se puede deducir una máxima general que estigmatice a toda la población juvenil. Resulta claramente interesado el discurso que busca subestimar la calidad humana y ciudadana de toda una generación, los jóvenes de hoy en día, a raíz de la crítica a sus pautas de ocio, en particular el ocio nocturno. Detrás del debate abierto por el Gobierno de Espa?a se encuentra por un lado la idea de desviar la atención de determinados debates sobre las expectativas de los jóvenes y, por otro lado, una irresponsable intención de castigar públicamente al sector de población juvenil, que empieza a tomar conciencia –y en la calle lo demuestra- de la regresión en derechos colectivos y cohesión social que introduce el Partido Popular, en asuntos tan sensibles como, por ejemplo, el sistema de relaciones laborales, con la última reforma laboral; la protección social; o el sistema educativo, a través de la nefasta Ley Orgánica de Universidades y las propuestas segregacionistas y elitistas que se preparan para la Ley Orgánica de Calidad de la Ense?anza (LOCE) y la Ley de Formación Profesional.
Las propuestas, además, que se nos ponen encima de la mesa como punto de partida, son de dudosa eficacia y tienen un carácter meramente prohibicionista. Los planteamientos del Gobierno para la popularmente denominada Ley del Botellón son equivocados porque desde la miopía del más rancio conservadurismo se pretende eliminar conductas sociales a través únicamente de medidas cuasipoliciales. El enfoque que el Gobierno de Espa?a da a esta problemática social se hace desde el punto de vista de la seguridad y el Ministerio del Interior como actor principal.
Así poco se va a hacer. Lo verdaderamente importante es analizar en toda su profundidad cuáles son las pautas de ocio de los jóvenes y los problemas que de ello se pueden derivar. Sin caer en sensacionalismos, respetando la capacidad de opción de los jóvenes y considerándolos sujetos de responsabilidad como ciudadanos que son. Si existe un consumo abusivo de alcohol u otras drogas entre los jóvenes, hay que intensificar una estrategia verdaderamente eficaz centrada esencialmente en evitar los riesgos derivados de esa conducta y en promover una educación para la salud que facilite a los jóvenes más instrumentos de juicio y un mayor conocimiento para analizar sus propias pautas de conducta. Y, no olvidar, en ningún caso, que generalmente es del riesgo de exclusión social, y de la falta de expectativas, de donde acaban surgiendo otros problemas de inadaptación y conflictividad que mucho tienen que ver con el consumo de drogas o con las conductas violentas.
Una de las líneas de actuación más atractivas para paliar este problema, son las alternativas de ocio nocturno para jóvenes. Experiencias pioneras, como Abierto hasta el Amanecer, en Gijón, fueron un ejemplo de creatividad e imaginación desde el tejido asociativo juvenil, en colaboración con los poderes públicos, para ofrecer una alternativa de ocio nocturno más constructiva y sana para los jóvenes. A?os después de las primeras experiencias en Gijón, muchos otros ayuntamientos, en Asturias y en Espa?a ofrecen programas de ocio alternativo, con éxito desigual.
Oviedo se subió al carro del ocio nocturno a mediados de 1999 a través del programa La Noche es Tuya, que aportaba la interesante novedad de la participación del Conseyu de la Mocedá d´Uvieú (CMU) como cogestor para aportar un elemento de dinamización del tejido asociativo juvenil de forma que este fuese la médula espinal del programa. Se buscaba desde el CMU que el ocio alternativo tuviese además un carácter participativo y que sirviese para conectar a los jóvenes con las diferentes asociaciones juveniles, de diverso tipo. Después de varias temporadas de funcionamiento, nos encontramos ahora con un nuevo problema, que refleja la actitud del Partido Popular, y en este caso, del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Oviedo, ante las necesidades de la población juvenil. Fruto del recorte antisocial que se ha aplicado para 2002 en el Ayuntamiento, el presupuesto de La Noche es Tuya se ha reducido en un 50%, reduciéndose en consecuencia la cantidad y calidad de actividades, así como el número de jóvenes que podrán disfrutar de ellas y el número de barrios de la ciudad que las acogerán. Además, el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento, demostrando una prepotencia clamorosa y una actitud nefasta, ha prescindido del CMU para la cogestión del programa, castigando a esta entidad interasociativa por su espíritu crítico –sobradamente justificado, por otra parte- en torno a las (inexistentes) políticas de juventud locales en Oviedo. Con el CMU se han quedado fuera de La Noche es Tuya otras muchas asociaciones, quedando el programa meramente reducido a actividades deportivas, y perdiendo ese carácter de dinamización social que tenía.
La ciudadanía joven de Oviedo ha de preguntarse qué doble moral es esta de la que hace gala el Partido Popular, y demandarle una rectificación. Por un lado emite un discurso inflexible y restrictivo cuando enuncia sus propuestas para la Ley del Botellón, magnificando el problema y creando alarma social; y al mismo tiempo en Oviedo estrangula las iniciativas de ocio alternativo nocturno y, cuando se proponen iniciativas de interés, como ampliar una oferta de ocio alternativo a las tardes de los fines de semana para los adolescentes, reacciona con desprecio.Los jóvenes merecemos respeto y consideración de las instituciones. El Partido Popular debería asumir que cuando se quiera abordar algunos aspectos de nuestros problemas y necesidades, es preciso que se hable, clara, directa y abiertamente, con nosotros. No dise?en nuestro futuro a nuestras espaldas.
Publicado en Revista Fusión. mayo de 2002.