INCOMPRENSIBLE
Vale que la reforma de la Ley de Extranjería pactada entre PSOE y PP puede suponer un texto menos severo que si los cambios fueran cosa únicamente de la derecha, que habría impuesto su mayoría absoluta en las Cortes. Vale que el PSOE mantiene su recurso de constitucionalidad contra la anterior reforma, de finales de 2000, que no reconocía a los extranjeros en situación irregular derechos tan elementales como los de manifestación, sindicación, asociación, huelga y tutela judicial efectiva. Incluso vamos a suponer que la medida de introducir, en determinados casos, un visado de tres meses para búsqueda de empleo puede ser una buena alternativa ante el fracaso en la gestión del contingente anual que hasta ahora se venía utilizando como instrumento para el acceso al mercado laboral espa?ol de trabajadores extranjeros.
Pero, aún aceptando todas las premisas expuestas, el PSOE acaba de cometer un error de bulto de difícil explicación. Porque es imposible sustraer la nueva reforma del derecho de extranjería del planteamiento global (policial, de base racista, y que, en el mejor de los casos, únicamente considera al extranjero como mano de obra de “usar y tirar”) que el PP ha conseguido imponer como su particular aportación ante la realidad migratoria. Y el PSOE parece estar pasando por este aro, al sentarse a discutir pormenores legales que, aunque pueden tener su interés, no se pueden desligar de la filosofía de base que informa nuestro inhumano, irracional, ineficiente y absurdo sistema de extranjería. Además, asumir este planteamiento ni siquiera reporta ninguna clase de beneficio electoral: si el PSOE piensa, abandonando un discurso propio de solidaridady6 respeto a la diferencia, que con argumentos restrictivos puede ganar la partida al PP se equivoca. Puesto a escoger un modelo represivo y cerrado, la derecha siempre tiene mejores credenciales que la avalan.
Pero, aún aceptando todas las premisas expuestas, el PSOE acaba de cometer un error de bulto de difícil explicación. Porque es imposible sustraer la nueva reforma del derecho de extranjería del planteamiento global (policial, de base racista, y que, en el mejor de los casos, únicamente considera al extranjero como mano de obra de “usar y tirar”) que el PP ha conseguido imponer como su particular aportación ante la realidad migratoria. Y el PSOE parece estar pasando por este aro, al sentarse a discutir pormenores legales que, aunque pueden tener su interés, no se pueden desligar de la filosofía de base que informa nuestro inhumano, irracional, ineficiente y absurdo sistema de extranjería. Además, asumir este planteamiento ni siquiera reporta ninguna clase de beneficio electoral: si el PSOE piensa, abandonando un discurso propio de solidaridady6 respeto a la diferencia, que con argumentos restrictivos puede ganar la partida al PP se equivoca. Puesto a escoger un modelo represivo y cerrado, la derecha siempre tiene mejores credenciales que la avalan.
Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 19 de septiembre de 2003.
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