Blog de artículos publicados en medios de comunicación.

9.4.06

HECHO DIFERENCIAL

Me revienta la insistencia de algunos políticos nacionalistas de otras comunidades cuando reivindican un día sí y otro también el hecho diferencial. Parecen dominados por una obsesión identitaria que les obliga a remarcar las diferencias como estrategia para definirse a sí mismos. De la distinción del resto, según su discurso, surge la necesidad del autogobierno. Por lo general ese resto suele mirarse desde la diferencia como algo peor o menos valioso
Está claro que Galicia, Euskadi o Catalu?a tienen circunstancias culturales propias, y que la trayectoria histórico-política de estos territorios es singular. Lo que ya no está tan claro, o al menos parece más difícil de justificar, es, como algunos plantean, la supeditación de toda inquietud, derecho o interés al de la nación –cómo quiera que esta se defina-, la obcecación en la diferencia, el misticismo nacional de autoafirmación obsesiva y la subestimación del otro. Resulta que en este caso, ese “otro” nos incluye a los asturianos.
Ahora que se abre la puerta a la revisión de los estatutos de autonomía, es momento para aclarar ideas. Efectivamente los asturianos deberíamos perder el temor a decidir por nosotros mismos en muchas materias, ampliando nuestras competencias y perfeccionando nuestro sistema institucional. Pero, en este debate que compete al conjunto del Estado, no sobra recordar que el autogobierno se justifica en tanto que representa una mejor gestión de lo público, un reforzamiento del control ciudadano y una profundización en la democracia. Pero en ningún caso se basa en si nuestro pasado es más o menos épico, en atávicas gestas frustradas o en enso?aciones grupales. Sin despreciar la historia ni olvidar la memoria colectiva, sin minimizar lo que caracteriza el sesgo de nuestra identidad, el autogobierno de Asturias –o de cualquier otra comunidad- se justifica sobre todo por la razón.
Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 16 de abril de 2004.