EN RECUERDO DE AMPARO GONZÁLEZ
Hablar del fallecimiento de una persona no es plato de gusto para nadie. Pero cuando hablamos de la muerte de Amparo González, si bien es un hecho doloroso, siempre vence el poder de su recuerdo y su ejemplo.
Amparo González fue una de las personas más activas y luchadores en defensa de la Universidad de Oviedo. Mantuvo una posición contundente y rigurosa en defensa de una Universidad pública, al servicio de la ciudadanía, justa, transparente y abierta. Empe?ó su fuerza en conseguir cambios y nuevos rumbos para la institución y utilizó todos los instrumentos posibles a su alcance. Destacó como defensora de los derechos laborales del Personal de Administración y Servicios desde su militancia en Comisiones Obreras y al mismo tiempo fue uno de los más relevantes miembros del claustro y de la comunidad universitaria. No desaprovechó otras oportunidades de transmitir sus opiniones y posiciones desde ámbitos como la prensa, actos públicos, etc. Fue, en definitiva una activista por la Universidad y por los derechos de todos y todas.
Pero, para nosotros, Amparo fue, ante todo, una compa?era. Porque además de integrante del Personal de Administración y Servicios, Amparo era alumna de la Facultad de Derecho y colaboradora del Colectivo Aula Crítica, en el que participamos. En más de una ocasión nos prestó todos u apoyo, sus conocimientos y su experiencia. Y en más de una ocasión nos facilitó nuestro trabajo inyectándonos altas dosis de espíritu combativo. Porque esta Universidad necesitaba y sigue necesitando una revolución completa, la apertura de muchas puertas y ventanas. Para ella, y para nosotros, esta Universidad tenía que recuperar una vida más libre, creativa y dinámica, y en esta tarea empe?ó sus esfuerzos. Nosotros buscamos la quimera de seguir sus pasos y aprender de su actitud. Y eso queda, ya para siempre, de esta compa?era que se fue.
Amparo González fue una de las personas más activas y luchadores en defensa de la Universidad de Oviedo. Mantuvo una posición contundente y rigurosa en defensa de una Universidad pública, al servicio de la ciudadanía, justa, transparente y abierta. Empe?ó su fuerza en conseguir cambios y nuevos rumbos para la institución y utilizó todos los instrumentos posibles a su alcance. Destacó como defensora de los derechos laborales del Personal de Administración y Servicios desde su militancia en Comisiones Obreras y al mismo tiempo fue uno de los más relevantes miembros del claustro y de la comunidad universitaria. No desaprovechó otras oportunidades de transmitir sus opiniones y posiciones desde ámbitos como la prensa, actos públicos, etc. Fue, en definitiva una activista por la Universidad y por los derechos de todos y todas.
Pero, para nosotros, Amparo fue, ante todo, una compa?era. Porque además de integrante del Personal de Administración y Servicios, Amparo era alumna de la Facultad de Derecho y colaboradora del Colectivo Aula Crítica, en el que participamos. En más de una ocasión nos prestó todos u apoyo, sus conocimientos y su experiencia. Y en más de una ocasión nos facilitó nuestro trabajo inyectándonos altas dosis de espíritu combativo. Porque esta Universidad necesitaba y sigue necesitando una revolución completa, la apertura de muchas puertas y ventanas. Para ella, y para nosotros, esta Universidad tenía que recuperar una vida más libre, creativa y dinámica, y en esta tarea empe?ó sus esfuerzos. Nosotros buscamos la quimera de seguir sus pasos y aprender de su actitud. Y eso queda, ya para siempre, de esta compa?era que se fue.
Firmado junto a Beatriz Iglesias Fernández. Publicado en el Informativo Universitario Aulas, octubre de 2000
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