GABINADAS
La última del Alcalde de Oviedo ha sido sonada; de la noche a la ma?ana decide, personal y directamente que el edificio de Calatrava proyectado para la parcela de Jovellanos II (donde estaba la Estación del Vasco), ya no va a ser ni Facultad de Bellas Artes ni Palacio de las Artes, sino edificio para dependencias municipales.
Gabino de Lorenzo nos deleita una vez más con sus ocurrencias. El orden de la toma de decisiones, según lo visto ha sido este: construyamos dos edificios monumentales; habilitemos partidas presupuestarias para ello, aunque las arcas municipales tengan superávit de telara?as; pensemos en algún contenido; ese contenido a ser posible, que sea útil, aunque en el fondo da igual ocho que ochenta. Todo ello poniéndonos en la hipótesis más amable, porque hay quien dice que detrás de los proyectos de Palacio de Congresos y de las Artes de la empresa Jovellanos XXI hay alguna clase de interés económico - político inconfesable.
Así actúa el gabinismo. No importa saber qué se va a hacer; no es necesario planificar, ordenar nuestros recursos, proyectar para el futuro sobre bases ciertas. Lo importante es el cemento, construir ya, inaugurar primeras piedras de la nada. En torno a los Palacios de Calatrava o lo que quede del faraónico proyecto, ni Gabino ni los suyos (?ay de quién se lo pregunte!) se han preguntado el cómo, por qué, para qué, con qué dinero, etc. Es la política de quien no tiene modelo de ciudad ni de gobierno, más allá del tira p´adelante que libras, al que tan aficionado es el Alcalde-Ingeniero-Ganadero, nuevo pantocrator local, y que nos ha llevado a ser una ciudad de futuro incierto, hipotecada hasta las cejas, y llena de caprichos de quien nos observa no como ciudadanos sino como sus caballos o sus estatuas.
Gabino de Lorenzo nos deleita una vez más con sus ocurrencias. El orden de la toma de decisiones, según lo visto ha sido este: construyamos dos edificios monumentales; habilitemos partidas presupuestarias para ello, aunque las arcas municipales tengan superávit de telara?as; pensemos en algún contenido; ese contenido a ser posible, que sea útil, aunque en el fondo da igual ocho que ochenta. Todo ello poniéndonos en la hipótesis más amable, porque hay quien dice que detrás de los proyectos de Palacio de Congresos y de las Artes de la empresa Jovellanos XXI hay alguna clase de interés económico - político inconfesable.
Así actúa el gabinismo. No importa saber qué se va a hacer; no es necesario planificar, ordenar nuestros recursos, proyectar para el futuro sobre bases ciertas. Lo importante es el cemento, construir ya, inaugurar primeras piedras de la nada. En torno a los Palacios de Calatrava o lo que quede del faraónico proyecto, ni Gabino ni los suyos (?ay de quién se lo pregunte!) se han preguntado el cómo, por qué, para qué, con qué dinero, etc. Es la política de quien no tiene modelo de ciudad ni de gobierno, más allá del tira p´adelante que libras, al que tan aficionado es el Alcalde-Ingeniero-Ganadero, nuevo pantocrator local, y que nos ha llevado a ser una ciudad de futuro incierto, hipotecada hasta las cejas, y llena de caprichos de quien nos observa no como ciudadanos sino como sus caballos o sus estatuas.
Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 25 de abril de 2003.
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