Blog de artículos publicados en medios de comunicación.

6.4.06

DISCIPLINAS Y SERVIDUMBRES

Me dicen que es preciso asumir las servidumbres a las que militancia obliga. Se trata de entender posiciones supuestamente pragmáticas que debemos defender a pesar de que esto rechine con algunos planteamientos que uno sostenga. Es lo mismo de siempre: lo colectivo sobre lo individual, el mal menor en beneficio de un bien superior, aguantar ahora para lograr un ma?ana prometedor para todos, y todas estas consignas que escuchamos cientos de veces.
Quizá estén en lo cierto. Ninguna conquista social se alcanza sin unidad y sin la consabida asunción primera de una disciplina a la que uno, al parecer, se debe. A título individual, cualquier acción es una gota en el océano, y por eso es preciso ceder, entender otras posiciones, e incluso callarse algunas cosas que uno piensa. Más o menos esto se sabe. Y, ojo, esto sucede no sólo en la vida política, sino también en otros ámbitos sociales.
El problema es cuando por primera vez a uno le toca levantar el brazo y apoyar algo en lo que no cree. Uno trata de convencerse de que es algo nimio, que en el fondo no pasa nada, que hay que actuar internamente para cambiar las cosas, y traga. La primera vez que uno se come sus palabras, en realidad, está inmerso en un rito de paso, de hombre libre a disciplinado militante, para bien y para mal. El primero puede quedarse en una plácida e inútil soledad, en la que su libertad se convierte en poco más que un lugar de recreo. El segundo quizá reciba la satisfacción de conseguir progresos colectivos, pero también queda intelectualmente herido y flirtea con el tenebroso círculo dominador – dominado.
En lo recóndito de la condición humana de quien ha aceptado esa servidumbre, sin embargo, algo clama por aflorar.

Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 19 de diciembre de 2003.