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11.4.06

BUENOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA

No estamos hablando de que las cosas esté cambiando bruscamente de un día para otro; ni se observan giros radicales en la situación del movimiento estudiantil y de la vida universitaria participativa en general, más allá de lo puramente académico y fuera de las cuatro paredes de cada aula. Pero si que se comienzan a observar ciertos matices que invitan al optimismo, determinados síntomas de que algo se mueve, o ejemplos de que cada vez son más los universitarios que entienden el tiempo a transcurrir en la institución como algo más que una simple recepción de conocimientos sobre la materia concreta y relativamente cerrada de su disciplina. Y hay incipientes muestras de éllo. Así es que, en el último a?o, de forma paulatina y espontánea, han comenzado a proliferar y crecer nuevos grupos, colectivos, actividades, sensibilidades que comparten alumnas y alumnos dispuestos a promover el debate sobre las cuestiones que nos afectan a todos, ya sea directa, indirecta o históricamente, a fomentar la participación de los estudiantes en la toma de decisiones y en la regeneración de nuestra Universidad, a desarrollar una dinámica actividad cultural, de corte solidario o de simple confraternización, que siempre es necesaria.
De tal manera, hemos asistido en el último a?o 1998 a la aparición y consolidación de nuevas publicaciones hechas por y para estudiantes universitarios. Se trata, por ejemplo, de la revista literaria - cultural “La Vega”, principalmente de alumnos de Filología, la revista “Andamio” del Colectivo del mismo nombre, marcadamente alternativa, promotora de debate y la reflexión, la revista “Memorana” en la Facultad de Geografía e Historia, las hojas culturales “El Arquitrabe” o el propio informativo “Aulas”. Se unen a otras revistas con ya cierta tradición, como las literarias “Reloj de Arena” o “Pretextos”, y alguna otra que se nos queda en el tintero.
O también hemos podido asistir a diversas representaciones de los Grupos Electra, La Ubre, Dante, No injerir, englobados en la Asociación GTUO (Grupo de Teatro Universitario de Oviedo), que cuenta ya con relativa experiencia. Por ejemplo, tuvo un éxito considerable el montaje de “Pedro y el Capitán”, de Mario Benedetti, representada el Teatro Campoamor de Oviedo y en el Salón de Actos del Campus de El Milán en colaboración con Amnistía Internacional, en el marco de la conmemoración del 50? aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Al tiempo, proliferaron las jornadas culturales, debates y charlas - coloquio sobre cuestiones de actualidad o relacionadas con las materias propias de la carrera. Fueron numerosísimos los actos emprendidos y organizados por universitarios en este sentido, en todos los Campus universitarios, pero algunos resaltaron especialmente (de éllos sólo se citan una peque?a cantidad). Así, la Semana Cultural del Campus de El Milán alcanzó una más que apreciable calidad con las representaciones teatrales, los recitales poéticos y las tertulias diversas, además de la proyección de películas de genios de la cámara como Woody Allen (que rebosa recursos cinematográficos y artísticos, y da mucho juego a la hora del comentario). Otros Campus, como Llamaquique, acogieron actividades ciertamente interesantes, como las organizadas en torno a los 30 a?os del famoso y múltiples veces evocado “Mayo del 68”, o las desarrolladas en la Facultad de Pedagogía con motivo del 50? aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. También en esta Facultad tuvo lugar la singular y exitosa iniciativa del “Cuentacuentos nocturno”, en el que se respiró un inmejorable ambiente. La Facultad de Derecho tuvo su despertar particular, y en éste se enmarcan actos como las Primera Jornadas Culturales de la Facultad de Derecho, organizadas por la asociación Tercer Estado, así como los diversos debates sobre cuestiones jurídicas y políticas de actualidad, como la relación entre medios de comunicación y poder judicial, la eutanasia, o el Caso Pinochet (que tuvo una abrumadora asistencia).
Y no podíamos olvidar el recobrado dinamismo y la creciente participación, aunque continúe siendo más bien minoritaria, de los universitarios en los diversos movimientos reivindicativos estudiantiles, con muestras como el surgimiento espontáneo del asamblearismo y la actividad que en este sentido se desarrolló en los meses de octubre y noviembre. Hacía muchos a?os que los universitarios asturianos no hacían oír su voz con cierta claridad y fuerza, y en esta ocasión, debido en gran parte a los difíciles momentos que padece la universidad asturiana y la especial repercusión que estas dificultades tienen para los alumnos, tuvimos oportunidad de expresarnos y de abordar los problemas de la institución. Las diferentes asambleas de centro (especialmente Geografía e Historia, Filosofía, Derecho, Biología, Pedagogía, Informática y Física), con sus protestas, exigencias y actividades particulares concretas, tuvieron su reflejo común en las asambleas generales de universitarios, y, aún a pesar de las dificultades y discrepancias en cuanto al método, en la manifestación común del 19 de noviembre. El esfuerzo de colectivos y estudiantes en general por recobrar su papel en el discurrir institucional de la Universidad puede haber tenido su primer importante hito en las movilizaciones del oto?o, y quizá puedan comenzar a aportarse soluciones o nuevas ideas en este campo. Desde luego, lo que sí parece evidente es que hemos dejado claro que nos han de tener en cuenta más que en la actualidad.
Cabe destacar también el mejor y mayor desenvolvimiento de las ONGs en el espacio universitario, participando en puntos de información, mesas redondas, etc. Muchos de los militantes del tejido asociativo juvenil, de medio ambiente, cooperación y derechos humanos son universitarios, y éllo contribuye a una especial incidencia del trabajo de estos colectivos en los diversos Campus.En definitiva, nos encontramos ante nuevos y mejores aires en el activismo estudiantil y la vida universitaria en sentido general. No me cabe duda de que serán muchas cosas positivas las que se deriven de éllo. Me atrevería a afirmar que, y espero no caer en infundados optimismos, parece que los estudiantes comienzan a poner de su parte en la consecución de una Universidad abierta, en movimiento, participativa, estrechamente vinculada a la comunidad en que se desenvuelve. Es otra forma de entender el estudio y de aprovechar los a?os que nos corresponden como universitarios, enriqueciéndonos con conocimientos o ense?anzas conectadas con el día a día, con la sociedad en la que nos ha tocado vivir o con el mundo que nos rodea, ya sea cercana o lejanamente. Hablamos de un nuevo dinamismo que va impregnando la vida universitaria, y puede que se trate de un punto de inflexión. Convertir a la Universidad en foco de debate y reivindicación, seno de movimientos sociales, fuente de innovación política, artística y cultural, motor del progreso creativo e imaginativo, es un trabajo de todos en beneficio de todos. Y es un objetivo que está más cerca de lo que parece, más cerca de lo que los propios estudiantes creemos o quieren hacernos creer. Al alcance de la mano, quién sabe.
Publicado en el Informativo Universitario Aulas, enero de 1999.