SAVATER Y CUBA
Dice Fernando Savater, en representación de los manifestantes que rechazaban la represión del régimen cubano, que es preciso que los gobiernos democráticos fuercen la reducción de las representaciones diplomáticas de Cuba y expulsen a este país de los organismos internacionales.
Muy mal lo tienen los defensores de la apertura en Cuba si adoptan estos planteamientos de tirar por la calle de en medio. Porque, al mismo tiempo que es necesaria la condena unánime a la oleada represiva y la presión internacional para apoyar el cambio en Cuba, los resultados de una política extremista contra Castro acabarán derivando en mayor aislacionismo del régimen, confrontación de incalculabes repercusiones, y mayores perjuicios para el pueblo de Cuba. Para los cambios, sirve cien veces más la entrada de aire fresco, los incentivos para la transformación y la política de tender puentes para el diálogo, sin caer en la condescendencia con la represión, que la absurda idea de encerrar a toda Cuba en un armario y tirar la llave al río.
La concentración del otro día en la Puerta del Sol de Madrid, además, no pudo resultar peor. Extra?a mucho ver a dirigentes del PP, empezando por Mayor Oreja, protestando contra la pena de muerte en Cuba mientras adulan y sirven al emperador Bush, verdadero hooligan del castigo capital en Estados Unidos (incluyendo la ejecución de personas incapaces o que cuando cometieron sus delitos eran menores). Duele también observar la patética actitud de manifestantes que abuchearon no sólo a Jesús Caldera sino incluso a Fernando Trueba y Rosa Montero. Todo ello unido a pancartas como “democracia y libertad para Cuba y para Iraq”. La pregunta es, ?con los mismos procedimientos para lograr esos objetivos en ambos casos? ?qué entiende este exilio por democracia y libertad? ?La de Guantánamo y el uranio empobrecido?
Muy mal lo tienen los defensores de la apertura en Cuba si adoptan estos planteamientos de tirar por la calle de en medio. Porque, al mismo tiempo que es necesaria la condena unánime a la oleada represiva y la presión internacional para apoyar el cambio en Cuba, los resultados de una política extremista contra Castro acabarán derivando en mayor aislacionismo del régimen, confrontación de incalculabes repercusiones, y mayores perjuicios para el pueblo de Cuba. Para los cambios, sirve cien veces más la entrada de aire fresco, los incentivos para la transformación y la política de tender puentes para el diálogo, sin caer en la condescendencia con la represión, que la absurda idea de encerrar a toda Cuba en un armario y tirar la llave al río.
La concentración del otro día en la Puerta del Sol de Madrid, además, no pudo resultar peor. Extra?a mucho ver a dirigentes del PP, empezando por Mayor Oreja, protestando contra la pena de muerte en Cuba mientras adulan y sirven al emperador Bush, verdadero hooligan del castigo capital en Estados Unidos (incluyendo la ejecución de personas incapaces o que cuando cometieron sus delitos eran menores). Duele también observar la patética actitud de manifestantes que abuchearon no sólo a Jesús Caldera sino incluso a Fernando Trueba y Rosa Montero. Todo ello unido a pancartas como “democracia y libertad para Cuba y para Iraq”. La pregunta es, ?con los mismos procedimientos para lograr esos objetivos en ambos casos? ?qué entiende este exilio por democracia y libertad? ?La de Guantánamo y el uranio empobrecido?
Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 2 de mayo de 2003.
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