RUBICÓN FEDERALISTA
El modelo de Estado está centrando la precampa?a electoral y asistimos a dos formas de enfocar este debate. Por un lado, la derecha está inserta en un inmovilismo, que, contrariamente a lo que pregonan sus popes, les sitúa en una marginalidad centralista que pocos comparten ya. A pesar de la opinión generalizada, creo que el PP no va a sacar tajada electoral por mucho que se envuelva en la bandera de Espa?a, patrimonializando lo que debe ser un espacio común y alentando el instinto reaccionario que, según ellos, late de alguna forma en la mayoría de los espa?oles.
En el otro lado de la balanza, el PSOE está realizando un planteamiento federalista sereno, pautado, adecuado a la realidad territorial del Estado. Por fortuna, el PSOE, con mayor o con menor convicción según se mire, ha cruzado el Rubicón que le interna por las tierras del autogobierno, la concepción federal del Estado y el respeto a la capacidad de decidir por sí mismas de las comunidades que forman Espa?a. Y no es solo un brindis al sol: el compromiso federalista ha quedado reflejado, negro sobre blanco, en los planteamientos en materia de administración tributaria y financiación autonómica, la reforma de las instituciones del Estado (empezando por rejuvenecer al abuelete Senado –valga la redundancia-), o en el reconocimiento del papel que pueden jugar los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas.
En clave asturiana. Hay quien critica el papel secundario que FSA y Gobierno Autonómico han jugado en esta afortunada evolución del PSOE. Si los reproches tienen sentido o no realmente me importa menos. Por mi parte, prefiero, por lo que me toca, alentar que los dirigentes del socialismo asturiano comprendan que es el momento preciso para subrayar nuestro autogobierno e impulsar una nueva fase de nuestro crecimiento autonómico.
En el otro lado de la balanza, el PSOE está realizando un planteamiento federalista sereno, pautado, adecuado a la realidad territorial del Estado. Por fortuna, el PSOE, con mayor o con menor convicción según se mire, ha cruzado el Rubicón que le interna por las tierras del autogobierno, la concepción federal del Estado y el respeto a la capacidad de decidir por sí mismas de las comunidades que forman Espa?a. Y no es solo un brindis al sol: el compromiso federalista ha quedado reflejado, negro sobre blanco, en los planteamientos en materia de administración tributaria y financiación autonómica, la reforma de las instituciones del Estado (empezando por rejuvenecer al abuelete Senado –valga la redundancia-), o en el reconocimiento del papel que pueden jugar los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas.
En clave asturiana. Hay quien critica el papel secundario que FSA y Gobierno Autonómico han jugado en esta afortunada evolución del PSOE. Si los reproches tienen sentido o no realmente me importa menos. Por mi parte, prefiero, por lo que me toca, alentar que los dirigentes del socialismo asturiano comprendan que es el momento preciso para subrayar nuestro autogobierno e impulsar una nueva fase de nuestro crecimiento autonómico.
Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 23 de enero de 2004.
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