SAN MATEO, UNAS FIESTAS PARA TODOS
Lo bueno de las fiestas populares es que representan un espacio de convivencia y diversión colectiva que generalmente no entiende de separaciones y discriminaciones. Se trata de tomar la calle y convertir la ciudad en que uno desarrolla su actividad cotidiana en un oasis alejado de la batalla diaria y en el que se puedan tener opciones diferentes de diversión, entretenimiento y enriquecimiento cultural. Este objetivo, con mayor o menor fortuna organizativa municipal, se cumple en San Mateo. Los ovetenses y en general todos los asturianos disfrutamos de estas jornadas a rabiar y la buena respuesta del público es lo que asegura el éxito de las fiestas.
Otra cosa es el debate sobre si la programación festiva está o no a la altura de las exigencias del público. Es razonable cuestionar bastantes cosas del contenido que la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF), brazo ejecutor del Ayuntamiento en esta materia, plantea para San Mateo. Se echa en falta mayor participación de colectivos sociales y vecinales, de programadotes culturales y musicales a la hora de cocinar la oferta materna. La iniciativa privada (por ejemplo, la hostelería), no se ha incorporado en términos generales a la generación de apuestas complementarias a la programación oficial. Faltan actividades culturales que otorguen nuevos sesgos a nuestras fiestas. También va siendo hora de que los barrios de nuestra ciudad puedan albergar algunas actividades festivas, puesto que hoy por hoy casi todos los eventos se desarrollan en el casco antiguo, aunque las fiestas sean las de todo Oviedo.
Cabe reconocer, no obstante, que algunas cosas sí han mejorado en esta edición de San Mateo. Quizá haya contribuido a ello la constante presión del público, de los medios de comunicación y el debate político constructivo sobre la importancia que tienen nuestras fiestas para proyectar una imagen diferente de Oviedo a nuestro entorno y para dinamizar económicamente la ciudad. La programación musical evoluciona positivamente, con más estilos y pluralidad, y no hay que olvidar que este aspecto es el plato fuerte del contenido festivo. Hay que apostar no obstante por la incorporación de nuevos estilos y por la entrada definitiva en el circuito de grandes conciertos, ya que la actuación de The Offspring será un buen paso en este sentido, pero falta aún un trecho importante para estar definitivamente a la altura de otras ciudades de tama?o medio (San Sebastián, Zaragoza o Gijón) que si pueden aspirar a albergar grandes conciertos de las principales giras mundiales. Es necesario también afinar la producción de los conciertos y acertar con los precios y los emplazamientos. Por cierto, para cambiar las rogativas en torno al parte metereológico por otras acciones más eficaces, no debería demorarse otro a?o más la conversión de la Plaza de Toros en un coliseo cultural de gran capacidad (para algo se hizo el concurso de ideas para esta infraestructura, digo yo). También es necesario seguir reforzando la presencia de artistas locales, que en estas fiestas demostrarán su altísimo nivel, desde Melendi (más que consagrado), a Pablo Moro, o grupos como Babylon Chat o Amon Ra, por poner algunos ejemplos que ya arrastran a un público creciente.
También es oportuno reforzar la animación callejera como elemento clave de San Mateo. Aquí es donde más carencias pueden encontrarse, porque el Desfile del Día de América en Asturias necesita un aggiornamento urgente y que no acaba de encontrarse, lo que no significa que no siga gozando del apoyo popular contrastado a golpe de tradición. El PP, por otra parte, sigue teniendo alergia a los chiringuitos porque detrás de estos están un buen número de entidades ciudadanas y ya se sabe que a nuestro Alcalde la vitalidad de los colectivos sociales no le agrada precisamente. Pero chiringuitos y conciertos son los elementos vertebrales de las fiestas y, como tales, imprescindibles. Y eso lo sabe el Gobierno municipal.
Un a?o más, por lo tanto, disfrutaremos de San Mateo con el permiso del tiempo. Analizaremos con detenimiento, como se merece, la programación y sus resultados. Porque se trata de seguir haciendo propuestas para mejorar nuestras fiestas y situarlas a la altura que Oviedo se merece.
Otra cosa es el debate sobre si la programación festiva está o no a la altura de las exigencias del público. Es razonable cuestionar bastantes cosas del contenido que la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF), brazo ejecutor del Ayuntamiento en esta materia, plantea para San Mateo. Se echa en falta mayor participación de colectivos sociales y vecinales, de programadotes culturales y musicales a la hora de cocinar la oferta materna. La iniciativa privada (por ejemplo, la hostelería), no se ha incorporado en términos generales a la generación de apuestas complementarias a la programación oficial. Faltan actividades culturales que otorguen nuevos sesgos a nuestras fiestas. También va siendo hora de que los barrios de nuestra ciudad puedan albergar algunas actividades festivas, puesto que hoy por hoy casi todos los eventos se desarrollan en el casco antiguo, aunque las fiestas sean las de todo Oviedo.
Cabe reconocer, no obstante, que algunas cosas sí han mejorado en esta edición de San Mateo. Quizá haya contribuido a ello la constante presión del público, de los medios de comunicación y el debate político constructivo sobre la importancia que tienen nuestras fiestas para proyectar una imagen diferente de Oviedo a nuestro entorno y para dinamizar económicamente la ciudad. La programación musical evoluciona positivamente, con más estilos y pluralidad, y no hay que olvidar que este aspecto es el plato fuerte del contenido festivo. Hay que apostar no obstante por la incorporación de nuevos estilos y por la entrada definitiva en el circuito de grandes conciertos, ya que la actuación de The Offspring será un buen paso en este sentido, pero falta aún un trecho importante para estar definitivamente a la altura de otras ciudades de tama?o medio (San Sebastián, Zaragoza o Gijón) que si pueden aspirar a albergar grandes conciertos de las principales giras mundiales. Es necesario también afinar la producción de los conciertos y acertar con los precios y los emplazamientos. Por cierto, para cambiar las rogativas en torno al parte metereológico por otras acciones más eficaces, no debería demorarse otro a?o más la conversión de la Plaza de Toros en un coliseo cultural de gran capacidad (para algo se hizo el concurso de ideas para esta infraestructura, digo yo). También es necesario seguir reforzando la presencia de artistas locales, que en estas fiestas demostrarán su altísimo nivel, desde Melendi (más que consagrado), a Pablo Moro, o grupos como Babylon Chat o Amon Ra, por poner algunos ejemplos que ya arrastran a un público creciente.
También es oportuno reforzar la animación callejera como elemento clave de San Mateo. Aquí es donde más carencias pueden encontrarse, porque el Desfile del Día de América en Asturias necesita un aggiornamento urgente y que no acaba de encontrarse, lo que no significa que no siga gozando del apoyo popular contrastado a golpe de tradición. El PP, por otra parte, sigue teniendo alergia a los chiringuitos porque detrás de estos están un buen número de entidades ciudadanas y ya se sabe que a nuestro Alcalde la vitalidad de los colectivos sociales no le agrada precisamente. Pero chiringuitos y conciertos son los elementos vertebrales de las fiestas y, como tales, imprescindibles. Y eso lo sabe el Gobierno municipal.
Un a?o más, por lo tanto, disfrutaremos de San Mateo con el permiso del tiempo. Analizaremos con detenimiento, como se merece, la programación y sus resultados. Porque se trata de seguir haciendo propuestas para mejorar nuestras fiestas y situarlas a la altura que Oviedo se merece.
Publicado en Oviedo Diario, 17 de septiembre de 2005
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