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9.3.06

LÁSTIMA QUE FUESE UN ERROR


Leo en LA NUEVA ESPA?A del 22 de abril que tres diputados rompieron la disciplina de voto del PP en el Congreso, en la votación del Proyecto de Ley que permitirá a las parejas de gais o lesbianas acceder al matrimonio. Celia Villalobos votó favorablemente, Gonzalo Robles se abstuvo y Alicia Castro hizo lo propio. La se?ora Castro, que fue Teniente de Alcalde de nuestro Ayuntamiento y presidenta de aquella GESUOSA de infausto recuerdo, se apresuró a aclarar que su abstención se debió a un error, una confusión a la hora de apretar el botón, puesto que su intención era votar negativamente.
Es una lástima que el voto de Alicia Castro fuese una equivocación. Por un momento pensé que eliminar una discriminación injustificada e irracional, como la que han venido padeciendo durante siglos las parejas de gais o lesbianas, merecería para la diputada por Asturias consideración suficiente como para desviarse –aunque sólo fuese mínimamente a través de la absetnción- de la inflexible y trasnochada posición del PP, que sólo contó con el respaldo de Unió Democrática de Catalunya.
Fugaz ilusión: la se?ora Castro rápidamente hizo profesión de fe partidaria, subrayando que su pretensión era votar en contra. ?En contra de qué? En contra de ajustar nuestro derecho a la realidad social. En contra de la opinión mayoritaria –según todas las encuestas- de los espa?oles, que con buen criterio respetan las opciones personales de cada uno y su modo de convivencia libre con su pareja. En contra de permitir que en el futuro todos los matrimonios que lo deseen, sin exclusiones de antemano para los formados por personas del mismo sexo, puedan ser analizados para estudiar su posible idoneidad como adoptantes en beneficio de los menores desamparados. En contra del reconocimiento de nuevas formas de familia que actualizan este concepto y permiten que, bajo tal denominación, se incluyan otras realidades aceptadas socialmente, además de las más clásicas. En contra, en definitiva, de la igualdad de todas las personas independientemente de su orientación sexual, principio que afortunadamente se consagra ahora como básico en nuestro ordenamiento.
Es una verdadera pena que el voto de Alicia Castro fuese un error, sinceramente lo digo.

Publicado en el diario La Nueva Espa?a, abril 2005