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9.3.06

JÓVENES EN LA CIUDAD “HECHA”

Dice nuestro Alcalde que la ciudad está hecha y que ahora hay que pagarla. Es extensa la nómina de declaraciones disparatadas de Gabino de Lorenzo en los últimos meses. Se declaró social-liberal y no parece por sus actos que sea ni una cosa ni la otra; su único credo más bien es el populismo de viejo cu?o. Excusó las estrecheces de las arcas municipales aludiendo a una situación de “economía de guerra” que surgió por generación espontánea o por culpa de terceros, prácticamente, según su teoría. Preocupado por la exitosa acogida que tal denominación tuvo entre la oposición municipal, por arte de birlibirloque declaró concluido ese periodo, anunciando la apertura de la “economía de posguerra”, sin aclarar quien ejerce de Carpanta y cuál es la cartilla de racionamiento de inversiones. Pero sin duda la sentencia que más revela el verdadero modo de pensar del Alcalde es la que alude a la finalización del proyecto de ciudad, quedando únicamente que pagar la misma.
El Alcalde debería pensar en hacer las maletas y dejar la Casa Consistorial si ya no tiene ideas que ofrecer a los ciudadanos. Si para él todo está hecho, será la hora de evaluar su mandato y amablemente decirle: gracias y hasta siempre. Pero mejor será analizar si es cierta la premisa que afirma el Alcalde. ?Qué ciudad y qué ciudadanos conoce Gabino de Lorenzo para afirmar que está hecha? Se nota que entre los más de 10.600 desempleados no se encuentra ningún amiguete suyo. Sabemos también que se prodiga poco en la visita a los barrios y pueblos del municipio, salvo en época electoral. Por poner un caso, parece claro que no se pasa hace mucho por el Rancho, ni piensa hacerlo. Sólo puede estar hecha la ciudad a ojos de quien únicamente observa el núcleo central del casco urbano, esas seis calles con pisos de hasta 6.000 € el metro cuadrado, y ni siquiera en este caso. Gabino de Lorenzo está más fuera que dentro de la realidad del municipio, pero somos los ovetenses los que pagamos los platos rotos de su miopía.
?Qué papel queda para los jóvenes en esta ciudad que dicen que está hecha? Parece que nos tocará recoger los trastos y limpiar el suelo después de la verbena gabinista. A esa supuesta fiesta de inversiones y desarrollo hemos llegado tarde por una pura cuestión biológica, y seremos nosotros los encargados de apechugar con el pesado fardo de la deuda municipal (más de 300 millones de euros si incluimos el agujero negro de Cinturón Verde). Esta herencia generacional nos la tenemos que tragar lo queramos o no, sin poder aceptarla a beneficio de inventario. Al analizarla, contemplamos con estupor la falta de inversiones y políticas estratégicas para el municipio: barrios enteros mal conectados; tráfico desquiciante e ineficiente; equipamientos sociales atomizados, dispersos e insuficientes; urbanismo desbocado y acorde a una ciudad en la que crecen las desigualdades; falta de desarrollo de un tejido empresarial e industrial; un comercio tradicional que languidece sin apoyo institucional local; inexistencia de políticas de promoción de la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías en el ámbito local; olvido de recursos y espacios naturales clave como el Naranco o el entorno de los ríos que atraviesan nuestro territorio; una Universidad a la que el Ayuntamiento lleva a?os dando la espalda, etc.
Lo peor de todo es que con esta posición el Alcalde niega a los jóvenes su legítimo a derecho a participar en la construcción de la ciudad de hoy y de ma?ana. Parece que nos dijera: “ya está hecha, no hace falta que toquéis nada, sólo vuestro bolsillo”. Pero resulta que los jóvenes queremos decidir también en el presente. Los cauces de participación ciudadana en nuestro municipio brillan por su ausencia, y el Equipo de Gobierno ha tratado permanentemente de desincentivar la formación de un capital social y un tejido asociativo suficientemente fuerte como para influir en la toma de decisiones. Para saberlo todo, verlo todo, decidirlo todo, orientarlo todo, ya está el omnipotente Alcalde. Hasta pretendió imponernos el equipo de fútbol representativo de la ciudad –por fortuna sin éxito-; tal es el disparate caudillista que vivimos.
Estas próximas fiestas, no pierdan la ocasión para volver a ver “Qué bello es vivir”, película fija en la programación de toda cadena que se precie de alentar el espíritu navide?o. Fíjense bien en las escenas en que el ángel en busca de alas le muestra a George Bailey la nueva Pottersville, a imagen y semejanza del poderoso de turno. Quizá cuando despertemos todos del mal sue?o, también tengamos humor suficiente para felicitar las pascuas incluso a nuestro Mr. Potter particular.

Publicado en Oviedo Diario, 10 de diciembre de 2005