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26.3.06

LAS ASTURIAS DE OSCOS Y TARAMUNDI

Durante a?os se dijo que el nombre de nuestra tierra, en plural, parecía evocar a un archipiélago exótico, místico, lejano y aislado, lo cuál en cierto modo conectaba con las dificultades de comunicación e integración de nuestro país con el resto de Espa?a y Europa. Pero esa pluralidad que refleja el nombre de Asturias también se refiere a la diversidad que atesora, en un territorio peque?o pero de mil caras, mil matices, mil versiones de una misma partitura.
Descubro una vez más ese patrimonio inmenso que tenemos en las múltiples Asturias los días pasados, durante un viaje a Taramundi y Oscos. A pesar de su secular aislamiento, no es angostura lo que nos invade en su paisaje de lomas dulces; no es la Asturias escarpada de valles autosuficientes, sino otra Asturias menos estridente que tiene un punto de tranquilidad y otro punto de un hermoso cansancio. Es una tierra de mezcla, de hórreos peque?os de pizarra que enlazados con los cabazos, de tonalidades de la vegetación que ya no son espectaculares sino apacibles, con impresionantes aldeas como Xestoso, que combina atraso, enso?ación y esplendor. También es tierra de mestizaje lingüístico, en un fenómeno propio del Navia-Eo cuyo resultado, la fala o gallego-asturiano, goza de una vitalidad que demuestran desde mayores a jóvenes en toda la zona de Entrambasauguas.
También Taramundi y Oscos es tierra de proyectos y ambición de país, con gentes que apuestan por su futuro sacando lo mejor de sí mismos, agarrándose a la esperanza de evitar la muerte por inanición que representa el temido desierto verde. El discurso de la ruralidad asturiana, de la cultura popular múltiple, respetuosa y enriquecedora tiene en esta tierra a gentes que lo llevan a cabo día a día, en la pelea por un futuro necesario.

Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 9 de mayo de 2003.