LA PITA
Empezó la campa?a con la pegada de carteles, y a Vicente Álvarez Areces le acompa?ó una vez más la pita, que para el no iniciado, se trata de un activista por los derechos lingüísticos disfrazado a lo Caponata, que persigue al Presidente o al Consejero de Educación y Cultura en algunos actos públicos. Se trata, en definitiva, de hacer un poco la pu?eta al Gobierno Autonómico recriminando su política lingüística.
Vaya por delante que entiendo que, dentro de unos límites, estas cosas le van a un representante público en el sueldo y que la co?a de la pita hasta tiene su gracia. Pero, quizá la estrategia en la que se enmarca esta historia de reventar algunos actos del Gobierno resulte equivocada y hasta exceda esos límites. Porque puede haber motivos para estar insatisfechos con la política lingüística de este Gobierno, pero los resultados de esta presión tan directa, que provoca sus momentos de tensión, no me parecen especialmente constructivos.
Resulta que muchos simpatizantes, votantes y afiliados del PSOE, que son comprensivos con la causa de la oficialidad para la llingua asturiana o que incluso la comparten y defienden en los foros internos de los socialistas, acaban más tocados que nadie por la estrategia de agria confrontación que los movimientos de defensa de la llingua emplean contra este Gobierno. La modesta pregunta que me formulo es: ?no sería mejor cambiar de método y establecer algún tipo de puente, un inicio de diálogo y un acercamiento a los sectores que dentro del socialismo asturiano abogan por un mayor compromiso del PSOE y el Gobierno para el respeto y promoción de nuestra llingua? Máxime teniendo en cuenta que la mayoría absoluta vuelve a estar cantada (y justificada), y proseguir en esta dinámica de pugna puede ser muy digno pero también terriblemente estéril.
Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 16 de mayo de 2003.
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