LA PELOTA VASCA
Es acertadísimo el título que Julio Médem ha elegido para un documental sobre el conflicto vasco, sus aristas, contradicciones y perspectivas. Ahora Médem también sabe lo que es ser llevado de un lado para otro, recibiendo aplausos o anatemas, rebotando como la propia pelota vasca, metáfora de lo que no es pacífico, inmóvil o unidimensional.
No he podido ver aún el documental. Pero sí he asistido al insólito baile de opiniones, prejuicios y condenas que han rodeado su presentación. Y me quedo con un par de cosas.
Por un lado, ya sabemos que el magro concepto de libertad y confrontación de posiciones que maneja el PP y sus elementos cercanos excluye de mano visiones que pretendan superar la dialéctica nacionalistas – constitucionalistas. Eso coloca como objetivo de la caza de brujas, azuzada por el coro mediático que jalea al PP, a Médem y su equidistante pluralidad, pero también, llevada esta actitud al extremo, ese planteamiento acabará dejando fuera de juego a los propios socialistas, empe?ados en no quemar las naves en la relación con el nacionalismo democrático, a pesar de las fugas místicas y enso?aciones independentistas en las que el PNV anda lamentablemente empe?ado. Por otro lado, alguna crítica sensata si se ha podido escuchar, en referencia a la pretendida equidistancia de Médem. Joseba Arregi, que fuera consejero de Cultura en el gobierno vasco de Ardanza, niega que tal equidistancia sea una posibilidad, y tiene razón. Si situamos en los dos extremos del debate al Gobierno del PP y a ETA, no podemos atribuirles igual legitimidad a sus posiciones, teniendo en cuenta los medios que unos y otros emplean. Todo ello a pesar de que al PP comienza a escapársele de las manos su utilización partidista del terrorismo como plataforma para relanzar un nacionalismo espa?ol de viejo cu?o.
No he podido ver aún el documental. Pero sí he asistido al insólito baile de opiniones, prejuicios y condenas que han rodeado su presentación. Y me quedo con un par de cosas.
Por un lado, ya sabemos que el magro concepto de libertad y confrontación de posiciones que maneja el PP y sus elementos cercanos excluye de mano visiones que pretendan superar la dialéctica nacionalistas – constitucionalistas. Eso coloca como objetivo de la caza de brujas, azuzada por el coro mediático que jalea al PP, a Médem y su equidistante pluralidad, pero también, llevada esta actitud al extremo, ese planteamiento acabará dejando fuera de juego a los propios socialistas, empe?ados en no quemar las naves en la relación con el nacionalismo democrático, a pesar de las fugas místicas y enso?aciones independentistas en las que el PNV anda lamentablemente empe?ado. Por otro lado, alguna crítica sensata si se ha podido escuchar, en referencia a la pretendida equidistancia de Médem. Joseba Arregi, que fuera consejero de Cultura en el gobierno vasco de Ardanza, niega que tal equidistancia sea una posibilidad, y tiene razón. Si situamos en los dos extremos del debate al Gobierno del PP y a ETA, no podemos atribuirles igual legitimidad a sus posiciones, teniendo en cuenta los medios que unos y otros emplean. Todo ello a pesar de que al PP comienza a escapársele de las manos su utilización partidista del terrorismo como plataforma para relanzar un nacionalismo espa?ol de viejo cu?o.
Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 26 de septiembre de 2003
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home