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10.3.06

BOLLOS Y VINOS

El pasado 24 de marzo, la Junta de Gobierno de la vieja gloria –venida a menos- Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) aprobó, con los votos a favor del PP ?y de IU!, la contratación de suministro de la nada desde?able cantidad de 50.000 bollos pre?aos y 50.000 botellas de vino, destinados al reparto a los socios de dicha Sociedad en las fiestas de la Ascensión y San Mateo. Lo curioso es que, consultado el registro de socios ese 24 de marzo, somos únicamente 4.971 los que pertenecemos a esta augusta entidad, en un acto de militancia ovetense cada vez menos común. Luego, ?para qué el exceso de bollos y vinos –compramos cinco veces más de lo que se precisa-? Gabino de Lorenzo y los suyos lo saben bien. Están acostumbrados a los peque?os regalitos (es vergonzante el caso de las entradas para la zarzuela o los toros, ya que las regaladas llegan a sobrepasar la mitad del aforo), donaciones por la gracia del presupuesto municipal, que reparten arbitrariamente entre aquellos que ellos eligen. Se trata de ganar simpatías al estilo del cacique de turno, entroncando con el caciquismo aquel de Romanones, 32 a?os diputado por Guadalajara (los mismos que Gabino parece querer ser Alcalde, con métodos a veces similares a los del Conde).
Lo que ocurre es que esta vez se han pasado de la raya. La broma de los vinos y bollos nos puede costar los ovetenses 81.000 euros (los beban-coman o no), y esto ya no es cosa de risa. O sea que estos del PP están dispuestos a emplear en esto más recursos que en otros asuntos que merecen mejor consideración. Por ejemplo, todas las políticas locales de atención a la inmigración, dirigidas a un colectivo creciente que padece importantes problemas y que compartirá la construcción de nuestro futuro, no llegan a 78.000 euros. Lo que destinan nuestros presupuestos a iniciativas de ocio alternativo juvenil –no olvidemos que pueden ser un antídoto contra los problemas derivados de la movida-, se reduce a 60.000 euros. O, por ejemplo, la cifra no resiste la comparación con los exiguos 600 euros con los que el Ayuntamiento subvenciona a cada colegio de Oviedo para la compra de libros para las bibliotecas escolares. Esto de los bollos y los vinos sólo sería una anécdota si no revelase la orientación general por la que discurre el Ayuntamiento de Oviedo. Vamos, que cuando el gobierno del PP se sienta a hablar de prioridades de su gestión sabemos qué asuntos sitúan en la parte alta de la agenda: las florituras, y sus caprichos; y qué ni siquiera aparece entre sus preocupaciones: las de la gente.

Publicado en La Voz de Asturias, abril 2004