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13.3.06

ABRIR LOS CONSEJOS DE JUVENTUD

Los consejos de la juventud cuentan ya con una cierta historia en la realidad juvenil espa?ola y asturiana. De hecho en el presente a?o el Conseyu de la Mocedá del Principáu d´Asturies (CMPA) cumple quince a?os. Un aniversario siempre es una buena excusa para propiciar la reflexión conjunta y extraer de ella conclusiones que puedan apuntar las vías de actuación para el futuro. Y alguna idea pretendo apuntar en este breve artículo, invitando además al lector a proseguirlo con su aportación.

Los consejos de la juventud, que en Asturias han pasado por convulsas y dificultosas etapas (en particular los consejos locales), se configuran como un instrumento destinado fundamentalmente a la promoción asociativa juvenil, en todas sus vertientes, la defensa de los derechos de los y las jóvenes, la interlocución con la administración pública en representación de la juventud y la vertebración de un tejido social robusto que favorezca la promoción integral del colectivo juvenil. Desde luego se trata de un objetivo muy ambicioso y prácticamente inalcanzable, pero se sitúa como referencia para se?alar la meta a lograr. Ahora bien, ?cuál es el balance de estos a?os? Se trata de una cuestión que requeriría un estudio profundo y detallado que es preciso realizar. Pero, por lo pronto, sí hay determinados síntomas que nos permiten elaborar un diagnóstico preliminar.

La realidad es que los consejos de la juventud muestran un saldo que, si bien es netamente positivo, tiene diversos fallos que es conveniente detectar y resolver. Entre ellos destaca una tendencia hacia el macroasociacionismo, con todo lo que ello puede implicar de excesiva aglutinación de recursos, así como un peligro constante de excesiva diversificación en los asuntos que trate, con lo que supone de solapamiento con otras entidades asociativas y de pérdida de orientación en sus cometidos esenciales, antes se?alados. A esto se a?ade un cierto riesgo de aislamiento, es decir, una tendencia a estrechar lazos con núcleos poco amplios y alejados de múltiples formas asociativas o colectivas de gran valor social. Y la escasa flexibilidad que pueden mostrar no contribuye a sanar estos posibles defectos.

En cualquier caso, como entes íntimamente relacionados con la realidad juvenil tienen igualmente el rasgo de ciclicidad que caracteriza al asociacionismo juvenil. Este hecho, en el momento actual de los consejos de la juventud, se une a un conocimiento relativamente profuso de los defectos del sistema y a una fuerte voluntad de cambio por parte de un creciente núcleo de asociaciones y colectivos, dispuestos además al diálogo y al consenso en pro de la generación de dinámicas de inflexión.

Los consejos de la juventud, por tanto, continúan siendo instrumentos útiles, que deben contar con un respaldo de las instituciones, unas garantías mínimas de viabilidad y contenido, y que son un importantísimo e imprescindible cauce de participación y encuentro juvenil, como desde siempre Juventudes Socialistas ha tenido presente. Durante los últimos meses, además, asistimos a una incipiente pero decidida apertura del CMPA hacia las diversas y múltiples realidades y experiencias juveniles en Asturias (como el asociacionismo sindical, el rural, el estudiantil, el cultural, los colectivos no formales etc.), que se une a una positiva y prácticamente generalizada evolución y reproducción de los entes interasociativos asturianos, que permite cierto optimismo. JSA es parte decisiva en este proceso, y debe apostar, en conjunto, por él. El objetivo es abrir los consejos, dotarlos de más vitalidad, dinamismo, cercanía y representatividad; y es un objetivo de todos y todas.