EL RÍO DE LA VARIANTE
La bendita
indiscreción de un trabajador de las obras de la Variante de Pajares nos ha
permitido acceder en video a algunas imágenes de las filtraciones de agua que,
al parecer, tienen en jaque a los responsables técnicos del proyecto. Estoy a
años luz de tener ningún conocimiento que me permita analizar con solvencia si
se trata de un problema grave y en qué medida es susceptible de solución, y de
saber si era o no evitable. Pero si nos atenemos a las informaciones
publicadas, se desprende que el problema es serio -muy serio-, que se
minusvaloró su relevancia, que no se adoptaron las precauciones necesarias, que
viene de lejos, que su gestación y gestión afecta a responsables públicos de
todos los colores políticos y que repararlo seguramente costará abundante tiempo
y dinero. Dicho esto, hay que advertir también que, en nuestro pequeño universo
regional, nunca cuestiones tan eminentemente técnicas, como las asociadas a la
construcción de la Variante y las alternativas elegidas, han estado sometidas a
tal escrutinio político y a opiniones orientadas, a veces incluso abiertamente tendenciosas.
De ahí que, sin atesorar –y lo lamento- ningún conocimiento técnico, y para
evitar que la confusión reinante le haga a uno partícipe del enredo, haya que
tomar la debida distancia con el ruido que rodea este debate, tan ensordecedor
como el de las fugas de agua que, en el video, riegan el túnel,.
Lo que sí
que sé como potencial usuario el día que -¡al fin!- el nuevo trazado para
superar la Cordillera se ponga en funcionamiento, es que tengo derecho a que se
trate de un viaje seguro y no de un túnel de lavado. Se entenderá, supongo, que
25 kms. seguidos bajo tierra susciten al viajero el deseo de confiar en quien
haya diseñado, proyectado, ejecutado y en quien vaya a conservar esta
infraestructura. Que el movimiento de corrientes de agua altera el paisaje y el
subsuelo de forma considerable es de conocimiento general, así que la primera duda
que precisa ser despejada es la que concierne a la seguridad. A día de hoy,
perdónenme los que saben, pero mete miedo.
Como
ciudadano, además, tengo derecho a que se acabe de una vez la dinámica de declaraciones
parciales y aparente pero inconsistente búsqueda de culpables (luego no se
dirimen responsabilidades reales de ninguna naturaleza); y que, tan pronto como
técnicamente se pueda, se detalle, alto y claro, si la solución es posible,
cuánto va a costar al erario público y cuánto va a demorar la apertura de la
Variante. En esta materia de infraestructuras, a ver si se enteran los
responsables ministeriales que no queremos ensoñaciones y falsos calendarios
(que han sido horriblemente dañinos para la credibilidad política en Asturias)
sino un poco de rigor y verdades aunque sean dolorosas. Cualquier asturiano
mínimamente cabal sabe que una inversión tan formidable como la Variante no es
cosa sencilla, que no se justifica en términos del tamaño de la población
beneficiada sino de cohesión territorial y que además estamos en tiempos de
dificultades para la inversión pública. Pero lo terriblemente disolvente sería
que el túnel horadado resultase inútil durante años, o diese un servicio
parcial o que acabásemos aceptando la normalidad del aquapark del video.
Si tiene solución,
lo que es de suponer, que se arregle en cuanto se pueda y que vengan las
explicaciones necesarias. En la génesis del problema mucho habrá probablemente de
la perversa dinámica seguida en la contratación y ejecución de obras públicas
en España. Y otro tanto sobre el ansia de dar respuesta a la opinión pública
aunque se sustente en falsas expectativas. Lo que queremos es simple: que la
Variante abra de forma segura y fiable; que se desgranen costes y sobrecostes; que
se analicen a fondo los problemas técnicos, administrativos y políticos detectados;
y también –no hay que olvidarlo- que nos expliquen qué incidencia
medioambiental ha tenido la afectación a manantiales y arroyos –y ecosistema, a
la postre- de la montaña sacrificada.
Entre tanto,
no sé si peco de receloso, pero tengo esa amarga sensación, calada hasta los
huesos –como los de los operarios del tajo- de que no nos están diciendo ni la
mitad de la verdad.
Publicado en Asturias24, 22 de enero de 2014.
Etiquetas: Asturias, contratación pública, Gobierno de España, infraestructuras, Variante de Pajares
1 Comments:
Efectivamente, el problema de los tubos de la variante es serio. Pero sin embargo, su solución con el correcto tempus no lo es tanto. La pregunta que ha de hacerse es porqué no se tomó la decisión de abordarlo en el momento oportuno. ¿Quizá influyó el nudo gordiano de la relación entre políticos, administraciones y constructoras? ¿Quizá los intereses espurios de las obras públicas? En cualquier caso, tanto el problema técnico como sus soluciones son bien conocidos desde que el humano hace túneles que perforan los acuíferos (la práctica totalidad).
14:43
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