Blog de artículos publicados en medios de comunicación.

9.6.11

CONTRA EL POPULISMO

En los últimos años una inquietante corriente ha irrumpido en la vida pública de buena parte de los países europeos, poniendo en cuestión algunos presupuestos que hasta ahora creíamos comunes en el sistema democrático y minando paulatinamente la relativa estabilidad política de las décadas recientes. Contrariamente a las transformaciones políticas que en el pasado ha sufrido el continente, la tendencia de cambio no sucede ahora a consecuencia de la entrada en escena de una fuerza estructurada y sostenida en unos postulados abiertamente expuestos a la ciudadanía. En el contexto actual, la deriva procede de un movimiento de fondo, que conecta con sentimientos primarios, explota la frustración en las expectativas materiales de muchos ciudadanos y se nutre del desconcierto surgido de la sensación de incertidumbre con la que se afronta el futuro. A este proceso se suma la progresiva degradación del discurso político –plagado de simplificaciones-, el auge del oportunismo como actitud y la predominancia del ruido sobre el razonamiento en el debate. Esta espiral, en la que es difícil contraponer un planteamiento sosegado, sólido y responsable frente a los eficaces aspavientos dialécticos del adversario, favorece a quien pretende resolver las controversias con el efectismo y el requiebro táctico. En este escenario, cuya generación es responsabilidad colectiva –medios de comunicación incluidos-, incrementa sus posibilidades de victoria quien es capaz de sintetizar en su propuesta el flujo de irritación y la sensación de empobrecimiento y confusión que desprende la disputa política. Quien ha obtenido ventaja subido a ese torrente opta en muchas ocasiones, incluso cuando tiene responsabilidades de gobierno, por seguir alimentando la caldera de la inquietud más que por dar una salida constructiva a ésta.
El pasado 22 de mayo en Asturias se ha producido un fenómeno político que se sustenta en buena medida en esa tendencia involutiva, que no es en absoluto desconocida, aunque sí relativamente nueva en nuestra Comunidad en términos electorales, y que cuenta con multitud de ejemplos europeos de preocupante ascenso, reflejados en una diversidad de líderes que van desde Umberto Bossi a Timo Soini, pasando por Marine Le Pen, Nick Griffin o Geert Wilders. Una proliferación que no es casual ni pasajera, que no perjudica precisamente a los poderes económicos dominantes y que tiene singularidades en cada país, pero que comparte algunos elementos comunes en estilo y técnica. Entre otros la ausencia de programa solvente que trascienda a un ramillete de ideas elementales; la invocación del resquemor como motor e incentivo; el carácter unificador que el liderazgo personal tiene sobre un movimiento heterogéneo; la abusiva invocación de conceptos abstractos, empezando por algunos de añejas resonancias como el de patria o nación, de los que se hace un uso interesado y sectario; o la enésima proclamación de la muerte de las ideologías. Anuncio, por cierto, muy querido en España por el conservadurismo de viejo cuño, desde la Alianza Popular de los “siete magníficos” a quien fue uno de sus herederos políticos, aspirante a continuador de la saga (con bríos renovados, como hemos visto) y probable nuevo Presidente del Principado de Asturias.
Habrá tiempo y multitud de analistas cualificados para diseccionar las razones que han llevado al triunfo en las urnas del FAC y las notas definitorias del cambio sustancial que han conseguido provocar en las preferencias de los votantes. A primera vista, entre sus múltiples causas, destaca la combinación de rasgos habituales de la derecha española más clásica, significativa electoralmente y aunque no mayoritaria sí muy movilizada, con la adecuada sintonización con los nuevos –y fuertes- aires del sensacionalismo político rampante, que le han permitido ensanchar el espectro de potenciales apoyos. Todo ello revestido de un supuesto regeneracionismo mal entendido, del que sólo parecen extraer –siguiendo la vieja y deformada interpretación- la entrada en liza del “cirujano de hierro”, personificado en este caso en un antiguo conocido de la política asturiana.



Publicado en Oviedo Diario, 28 de mayo de 2011.