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16.5.11

20 MOTIVOS POR LOS QUE APUESTO POR EL CAMBIO EN OVIEDO

Porque deseo que el Ayuntamiento recupere su función representativa y la prepotencia y el autoritarismo de los gobernantes locales dejen paso a otro estilo de hacer las cosas. Porque creo imprescindible que los ovetenses, las asociaciones y los colectivos en que se integran puedan participar día a día en la vida pública local, sin que se les sitúe a uno u otro lado de la barrera en función de sus opiniones favorables o contrarias a las decisiones de los responsables municipales. Porque merecemos ser considerados ciudadanos y no meramente administrados o súbditos. Porque defiendo la política, la seriedad y la responsabilidad y me repugna el politiqueo, el oportunismo y la superficialidad en la que está instalada la política local.
Porque prefiero una capital abierta, generosa en su liderazgo y comprometida con Asturias, y no un Ayuntamiento enfrascado en polémicas continuas y artificiales con el resto de Administraciones. Porque cada uno vive y siente la ciudad a su manera y estoy hastiado de que el gobierno local establezca cánones de ovetentismo. Porque la ciudad no tiene más adversarios que las propias limitaciones que se autoimpone y de nada sirve la absurda dialéctica entre amigos y enemigos de Oviedo.
Porque es fundamental que la defensa del interés general inspire todas las decisiones municipales y éstas no sean objeto de mercadeo o de presiones espurias. Porque aspiro a que los servicios públicos y los equipamientos locales se gestionen atendiendo a las necesidades de la mayoría social, sin ser pasto de intereses económicos particulares más preocupados por su cuenta de resultados. Porque me gustaría que los responsables municipales se arremangasen para defender a la clase trabajadora y el papel de lo público y no que se encuentren cómodos junto a los que pretenden que rija la ley de la selva porque en ella se sienten más fuertes.
Porque creo que debemos trabajar para que la Administración sea eficaz, rigurosa y solvente, y para que no se repitan disparates de gestión como el de Villa Magdalena. Porque hay que asegurarse de que las decisiones que tenemos por delante en las transformaciones urbanas pendientes no se adopten con criterios tan lesivos para el interés público como el de la llamada “operación de los palacios”. Porque necesitamos políticas urbanísticas sensatas y apegadas a las necesidades de espacios y de viviendas para la gente, y no falsas catedrales de dudoso gusto, iluminados que dejan cicatrices en la ciudad o supuestos hitos de una impostada modernidad. Porque tendremos que ser capaces de decidir por nosotros mismos sin que nos vengan a cambiar nuestro patrimonio público por collares de cuentas de vidrio.
Porque anhelo una ciudad donde se admita la pluralidad y se conviva civilizadamente con la diferencia, y no una con listas negras, pintadas en la puerta de un policía local que difiere de su jefatura o concejales dedicados a insultar a quienes disienten. Porque quiero que la forma de tomar las decisiones cuente con más opiniones que la de un Alcalde que indica personalmente a qué equipo de futbol debemos apoyar, qué escultura se pone aquí y allá y quién presenta el programa de la zarzuela. Porque desearía que se tratase con el debido respeto a todas las personas, medios o colectivos que no comulgan con las ruedas de molino del gobierno local.
Porque hay que renovar discursos, dirigentes, modos, políticas y prioridades, tras 20 años de personalismo. Porque más de lo mismo no va a ningún lado cuando este modelo no da más de sí. Porque el deseo de cambio está latente en la ciudadanía de Oviedo y es ahora el momento de darle forma y hacerlo posible.



Publicado en Oviedo Diario, 14 de mayo de 2011.