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1.7.14

PIB CRIMINAL




La salida milagrosa de la crisis quizá era esto. De golpe y porrazo el PIB español salta 46.000 millones de euros, aproximadamente un 4,5%, principalmente por el efecto estadístico consistente en computar, de acuerdo con patrones del Sistema Europeo de Cuentas y con base en estimaciones, sectores enteros de la economía sumergida como el negocio de la droga, la prostitución y el contrabando. Ser funcionario comunitario tiene estas cosas, que permiten escrutar la realidad socioeconómica con un grado de distanciamiento sideral, decidiendo que se compute la compraventa de estupefacientes o de servicios sexuales en fríos estadillos como si los “empresarios” del sector fuesen corriendo a pedir en Hacienda el modelo 036 para dar de alta su actividad y declarar ordinariamente sus tributos. Ahora los Estados incorporan a su contabilidad nacional esta norma y el mundo de la estadística económica se convierte no ya en una profesión aparentemente mecánica y neutra, sino en materia de novela negra, ya que de alguna manera tendrán que hacer los trabajos de campo. En la misma dinámica pretendidamente aséptica se ha pronunciado la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado, que plantea legalizar algunas actividades de esta clase hoy al margen del control tributario para gravarlas como a cualquier otra y obtener nuevos ingresos públicos.

El caso es que de la noche a la mañana el PIB per cápita también pega un estirón –un subidón, ya que de ponerse a tono trata el negocio- y como resultado la riqueza que a cada uno se le presume como media se incrementa. De modo que la apariencia de prosperidad fluye gracias al dinero clandestino y al crimen organizado, que no se despenaliza pero sí se suma a la producción al mismo nivel que contribuye la multinacional todopoderosa o el tendero de la esquina. Por supuesto esta decisión es resultado de un puro enfoque burocrático, aunque irremediablemente lleve a otras controversias sociales recurrentes pero por lo común escasamente abordadas en las esferas de la representación pública, como es la legalización de las drogas (abriendo este mercado a un negocio abierto que deje de nutrir cárteles, violencias y narcoestados) o al menos de aquellas a priori menos dañinas y aún proscritas. Y el debate mucho más espinoso de la prostitución, donde hay posiciones de raíz irreconciliables (véanse opiniones discordantes como las de las asociaciones Hetaira o APRAMP), porque comportaría admitir ordinariamente el arrendamiento del cuerpo (generalmente de la mujer) basado en la dominación económica de quien tiene el dinero para pagarlo (y asume ese rol sexista con naturalidad) sobre aquella persona que lo pone en circulación para subsistir.

Lo que nos dicen los sesudos estadísticos es que todo se traduce a unidades monetarias, nos guste o no, y con ese criterio se puede medir cualquier cosa. Todo se puede cuantificar y valorar, aunque sea por referencias, con complicadas aproximaciones o estimaciones sostenidas en la elucubración. Pero, ojo, el trabajo no remunerado también significa producción, igual que la actividad altruista, el trueque informal o la economía cooperativa que se practica, a mayor o menor escala, desde tiempos inmemoriales; todo ello también susceptible de valoración por comparación con la búsqueda de ese bien o servicio en el mercado. Aquí no se ha metido la Eurostat, al menos todavía, porque contra las amas de casa o los participantes en una sestaferia el Estado no está perdiendo una guerra, cosa que sí le sucede frente a las mafias de la economía criminal a gran escala.

En fin, no sólo es una dosis de brutal realismo, con consecuencias entre alentadoras –por realistas- y deshumanizadoras –por brutales- a partes iguales; ni es únicamente deseo recaudatorio; ni es sólo el inevitable impulso para clasificar, supervisar y controlar actividades de toda naturaleza; ni tampoco es la conclusión de un debate ético sobre el carácter admisible o reprobable de determinadas conductas. Sobre todo es la consecuencia de la feroz, expansiva, temible e irrefrenable victoria de la lógica del mercado en todos los ámbitos.

Publicado en Asturias Diario, 14 de junio de 2014.

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