DÍA DE LES LLETRES
El próximo 7 de mayo se celebra el Día de Les Lletres, que por extensión se ha convertido en una fiesta de exaltación y reivindicación de la llingua asturiana. La diferencia con anteriores ediciones reside en el clima político –más sosegado-, que rodea a la política lingüística, y en la recuperación de una cierta voluntad gubernamental de amparar el derecho de todos los asturianos a emplear la lengua que deseen. La inminente reactivación de la Junta de Toponimia ya es, además, una prueba palpable de esta inflexión. Claro que no hay que darlo todo por hecho; por supuesto que aún estamos lejos del mínimo exigible para el efectivo respeto a la pluralidad lingüística de Asturies. Pero hay semillas para el optimismo y la esperanza en este asunto.
En muchas ocasiones el tono hace la música, y lo primero que se precisaba en política lingüística era sustraer del permanente conflicto político a la llingua asturiana. Parece que estamos un poco más cerca de este objetivo, y esa será la mejor base para garantizar que los objetivos de esta legislatura (plan de normalización, acciones de promoción, oficinas de política lingüística sólidas también a nivel municipal, presencia en el ámbito educativo y mediático, etc.) puedan estar al alcance de la mano. De momento, el mensaje que se proyecta desde el Gobierno Asturiano es alentador y ya ha tenido efectos positivos: la ola normalizadora comienza a crecer, poco a poco, pero sin detenerse.
Para el futuro inmediato, por lo tanto, prosigamos por la senda del entendimiento político y social en torno a la llingua asturiana. Cada uno desde su posición, con sus reservas quienes las mantengan y sin renunciar a sus programas máximos quienes los tengan, pero manejando las discordancias con espíritu de conciliación y sentido común.
El próximo 7 de mayo se celebra el Día de Les Lletres, que por extensión se ha convertido en una fiesta de exaltación y reivindicación de la llingua asturiana. La diferencia con anteriores ediciones reside en el clima político –más sosegado-, que rodea a la política lingüística, y en la recuperación de una cierta voluntad gubernamental de amparar el derecho de todos los asturianos a emplear la lengua que deseen. La inminente reactivación de la Junta de Toponimia ya es, además, una prueba palpable de esta inflexión. Claro que no hay que darlo todo por hecho; por supuesto que aún estamos lejos del mínimo exigible para el efectivo respeto a la pluralidad lingüística de Asturies. Pero hay semillas para el optimismo y la esperanza en este asunto.
En muchas ocasiones el tono hace la música, y lo primero que se precisaba en política lingüística era sustraer del permanente conflicto político a la llingua asturiana. Parece que estamos un poco más cerca de este objetivo, y esa será la mejor base para garantizar que los objetivos de esta legislatura (plan de normalización, acciones de promoción, oficinas de política lingüística sólidas también a nivel municipal, presencia en el ámbito educativo y mediático, etc.) puedan estar al alcance de la mano. De momento, el mensaje que se proyecta desde el Gobierno Asturiano es alentador y ya ha tenido efectos positivos: la ola normalizadora comienza a crecer, poco a poco, pero sin detenerse.
Para el futuro inmediato, por lo tanto, prosigamos por la senda del entendimiento político y social en torno a la llingua asturiana. Cada uno desde su posición, con sus reservas quienes las mantengan y sin renunciar a sus programas máximos quienes los tengan, pero manejando las discordancias con espíritu de conciliación y sentido común.
Versión en castellano. Publicado en Les Noticies el 3o de enero de 2004
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